­La campaña de la aceituna toca a su fin una vez más y ahora es el momento de hacer balance. Pese a que no se han alcanzado las previsiones, existen diversos factores positivos a tener en cuenta y que suavizan la falta de producción. La comarca de Antequera se posiciona como una de las zonas que más cosecha genera, siendo clave en el desarrollo del sector del oro líquido.

Según los datos de la Agencia de Información y Control Alimentario, a falta de los datos de los meses de marzo y abril, la producción nacional de la campaña del olivar asciende este año a 1.235.726 toneladas. De este total, Andalucía aporta 979.587 toneladas (el 79,3%). Málaga es el origen de unas 61.000 toneladas, lo que supone el 5,62% de la región, por delante de las provincias de Almería, Cádiz y Huelva. Del conjunto de la producción de la provincia malagueña, la comarca de Antequera aporta hasta el 80%, considerándose a esta zona como «una pequeña Jaén».

El secretario provincial de COAG Málaga, Juan Antonio García Villalba, afirma que la campaña que termina rozará aunque no alcanzará las previsiones realizadas por el Ministerio de Agricultura y la Junta de Andalucía, que apuntaban para Málaga un acopio de 75.925 toneladas. «Rondará las 61.000 toneladas finales de aceituna procesada, con lo que podríamos catalogarla como una campaña media, que no mediocre», manifiesta García.

El responsable de COAG señala que el principal motivo por el que no se ha alcanzado la producción estimada ha sido la sequía sufrida por el campo en otoño. «Los olivos estaban preparados para dar la cosecha prevista, pero la sequía hizo que se perdieran muchas aceitunas», lamenta García.

Por su parte, el presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido, expone que, pese a no haberse alcanzado las previsiones, «la producción va a ir ajustada al consumo; no va a faltar ni va a sobrar, lo cual da tranquilidad al mercado». Así, Bellido centra su preocupación en las lluvias de cara a la próxima campaña, ya que si éstas no son suficientes, podría faltar producto y los precios subirían.

Con 130.826 hectáreas, Málaga atesora el 8% de la superficie andaluza de olivar. Más allá de estas cifras, García Villalba resalta que el de la aceituna es «un sector estratégico de vital importancia económica y social, como puede comprobarse en la composición de las peonadas de recogida y almacenaje».

Así, el trabajo en el olivar ha supuesto una opción para las personas que por la crisis no han podido mantener su empleo habitual. «Durante los últimos años venimos observando una progresiva incorporación de trabajadores autóctonos a las tareas de recolección. Tras los años del boom inmobiliario y el desplome de la construcción, la agricultura en general, y la recolección del olivo en particular, han vuelto a ser un refugio para el empleo rural en las comarcas malagueñas, especialmente en municipios como Alameda, Cuevas Bajas, Cuevas de San Marcos o Villanueva de Tapia, entre otros», resalta el secretario provincial de COAG Málaga.

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