­La Junta de Andalucía inició este miércoles la suelta del parásito Torymus sinensis para luchar contra la plaga de la avispilla que afecta a la producción de castaño de la provincia de Málaga, después de que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente haya autorizado esta actuación, que venía siendo reclamada de forma urgente tanto por la Administración andaluza como por las distintas organizaciones agrarias en Málaga.

Concretamente, se han seleccionado en la provincia los sectores de Sierra Blanca, la Sierra de las Nieves y el Valle del Genal para llevar a cabo esta suelta experimental. En este sentido, el delegado territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Adolfo Moreno, consideró que esta medida «aunque es positiva, sigue siendo insuficiente».

De igual forma se posicionó COAG Andalucía. Esta organización señaló que «la suelta experimental, aunque se haya ampliado notablemente el número de ejemplares, sigue siendo insuficiente para controlar la plaga, como demuestra la experiencia en otros países que la han padecido».

«Igualmente, tampoco ha resultado efectiva la poda de árboles que se realizó el año pasado, algo que también se esperaba, porque esta técnica no ha funcionado en otras áreas afectadas por la avispilla», matizó COAG en una nota de prensa.

Asimismo, el responsable de castaño de COAG Andalucía, Francisco Boza, indicó que «lo que se ha soltado es como una gota en el mar. La plaga se ha extendido ya al 50% del Valle del Genal, con una intensidad muy alta».

Por su parte, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente defendió que la utilización del parásito Torymus sinensis «debe realizarse bajo el principio de precaución y con las investigaciones necesarias para conocer su efecto ambiental sobre la biodiversidad nativa».

Así, el Ministerio destacó que «se prevé que el depredador contribuya a disminuir el impacto de esta avispilla y provoque los resultados necesarios para determinar si es posible realizar en el futuro liberaciones masivas sin que éstas supongan riesgo para las especies nativas de avispilla».

La avispilla del castaño induce la aparición de agallas en los castaños, lo que causa pérdidas notables en la producción del fruto, debilitamiento del árbol e incremento del riesgo de contraer otras enfermedades.

En la actualidad, está afectando a los bosques y arbolado disperso de castaño, provocando graves daños tanto en la producción de castañas como en la conservación del ecosistema en su conjunto.