Mathieu Lèbre es un arquitecto-paisajista francés afincado en Antequera desde hace varios años por motivos matrimoniales y por ser la ciudad un lugar estratégico para desarrollar su labor. Actualmente se encuentra inmerso en la elaboración del Proyecto de Ordenación Paisajística de los Dólmenes, encaminado a mejorar de manera ostensible la apariencia del Conjunto Arqueológico, especialmente teniendo en cuenta que en apenas unas semanas el Sitio podría ser declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en la ciudad de Estambul (Turquía).

El profesional galo trabaja en lo que se refiere al recinto que comprende los dólmenes de Menga y Viera. Principalmente, busca mejorar los accesos a este espacio monumental, implementar los caminos que discurren por él y disponer la vegetación más adecuada para un emplazamiento de estas características.

Para llevar a cabo el proyecto, Lèbre ha tenido que realizar un profundo análisis previo de lo que se había hecho hasta ahora. «Hay muchos caminos innecesarios en el recinto, también otros generados de manera natural por el paso de los turistas; lo que buscamos es compatibilizar el uso turístico de estos senderos con la protección del patrimonio histórico del Conjunto Arqueológico», señala el arquitecto-paisajista.

Por ello, aboga por eliminar algunos caminos, para mejorar de esta forma la claridad del recorrido. Así, sólo se redibujaría un camino único para los visitantes, que les lleve por los distintos puntos clave del espacio monumental, además de mantener uno secundario establecido de manera perimetral.

Paralelamente a la mejora de los accesos y caminos, Lèbre está realizando una selección de las plantas idóneas para el Conjunto Arqueológico, todo ello en colaboración con la Agencia Andaluza de Medio Ambiente y la Red Andaluza de Jardines Botánicos. En este sentido, van a optar por elegir plantas autóctonas y otras en peligro de extinción para fomentar su cuidado.

Además, una cuestión importante, según indica el responsable del proyecto, es la utilización de la materia prima del enclave, como la madera de los árboles, para la instalación de mobiliario, como pueden ser los bancos para sentarse a descansar. De esta manera pretenden luchar para que se dé un desarrollo sostenible en el espacio monumental de Antequera.

De otro lado, el arquitecto-paisajista francés considera que el Museo Dolménico no se debería haber construido de la forma en que se hizo ni en el lugar en el que se ubicó. Lèbre sostiene que el edificio deteriora mucho el eje entre el dolmen de Menga y la Peña de los Enamorados y es partidario de su eliminación completa. Sin embargo, una vez dados los pasos en el pasado, el francés ahora ve como solución matizar el impacto, a la vez que asegura que la conciencia que existe en la actualidad respecto al Conjunto Dolménico no es la que había antes.

La profesionalidad de Mathieu Lèbre viene avalada recientemente por la consecución, junto a su compañero David Tuan, del primer premio del II Concurso Internacional de Arquitectura DOM3 Prize 2016 en Marbella. Se trata de un certamen que promueve las viviendas de alta calidad y al que se presentaron un total de 140 propuestas.

«Siempre es un placer recibir un premio y que reconozcan tu trabajo. Nos da un poco de prestigio. Estamos muy orgullosos», manifiesta Lèbre, que explica que dedicaron dos meses a trabajar en el proyecto, que contó también con la ayuda de los infógrafos Ángel Cáceres y Jesús Salas.

En las manos de Mathieu y en su estudio «LEMApaisajes» está ahora una parte del futuro del Sitio de los Dólmenes de Antequera. Una responsabilidad que vendrá a dotar al Conjunto Arqueológico de unas mejoras que pongan el espacio «a la altura de lo que merece».

@ccasadob