Miles de personas vivieron este fin de semana en Mollina la Feria de la Vendimia. Si hay algo de lo que la provincia de Málaga pueda presumir es de la calidad y la variedad de sus vinos, conocidos por todo el mundo, y que con ferias como está cobran aún más protagonismo.

Rafael Alberti o Antonio Gala son sólo algunos de los prestigiosos escritores españoles que han pasado por esta localidad para dar el pregón de esta Feria. Este año el encargado de dar comienzo a esta cita con la cultura vitivinícola ha sido Felipe Benítez Reyes.

Inmaculada Castellano, bibliotecaria y archivera municipal, estuvo desde primera hora del domingo trabajando para poner el broche a esta feria donde sin duda el vino es el protagonista. Bicicletas adornadas, una cata sensorial, comida y música formaron la combinación perfecta para pasar un espléndido domingo en Mollina.

Las bodegas La Capuchina, Cortijo La Fuente y Tierras de Mollina son la marca de identidad de Mollina y además hacen de hilo conductor de esta festividad. Promocionar sus vinos y transmitir la cultura vitivinícola son los objetivos de esta Feria de la Vendimia.

Ángel Campillos Rebollo, técnico de Juventud y Deportes del Ayuntamiento de Mollina, fue el encargado de organizar y gestionar catas como la celebrada ayer.

Antes de la feria se realizó un taller de ensamblaje en el que lo participantes usaron tres tipos de vinos madre y, después de recibir las instrucciones pertinentes, procedieron a mezclarlos con otros vinos para crear el suyo propio.

En las catas, que han tenido lugar durante toda la feria, los jóvenes han sido los más participativos y también los encargados de que esta cultura perdure.

Mariano Enrique Heredia, de la escuela de cata, vinos e itinerarios ecológicos Vinaliti, fue el encargado de dirigir ayer un «recorrido sensorial» por las variedades de uvas y vinos capuchina vieja, mezclando la tradición más arraigada con la búsqueda de la innovación.

«Llevamos tres años viniendo desde Málaga, organizamos estos eventos enológicos y a la vez disfrutamos de esta Feria» afirma Heredia. Hierbas aromáticas, tierras, vinos, y cuarenta participantes dispuestos a poner sus cinco sentidos a prueba.

«Málaga es una zona importantísima a nivel de vinos y Mollina, junto con Antequera y Fuente de Piedra, representan una parte muy importante de la zona de producción», explica Mariano Enrique Heredia, para quien el hecho de constituir un equipo muy diverso con gente de todas las edades hace que «esto siga funcionando».

Un paseo en bici

Durante la última jornada de la Feria, ayer se celebró en Mollina la trigésima edición de una actividad muy popular en la Feria de la Vendimia. Niños, jóvenes y mayores adornaron sus bicicletas con motivos relacionados con el vino. Hojas de parra, uvas, vino, y mucha imaginación. Todo era válido para unir deporte y cultura vitivinícola para el domingo de feria.

El paseo se agrupó por categorías de edades y los participantes rellenaron una inscripción para poder participar en el sorteo que se realizó al finalizar el recorrido. Desde material escolar hasta un viaje fueron los premios que los mollinatos recibieron.

Está claro que Mollina ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre tradición e innovación para seguir haciendo cada año de la Feria de la Vendimia una actividad actual y una experiencia para los sentidos.

@paulamartego