Casarabonela viaja este fin de semana al siglo XVI en nueva entrega de la recreación histórica que ya cumple cuatro años. Una oportunidad de conocer la historia de la localidad a través de actos teatrales que se escenificaran en la plaza del pueblo durante este fin de semana.

Son los propios vecinos de Casarabonela los que adquieren el rol de los personajes en la recreación histórica que en esta cuarta edición lleva por título «Rebelión».

En ediciones anteriores, esta recreación ha estado dedicada a la mala relación entre el pueblo y los representantes de la temida Inquisición en la que ajusticiaban con y sin razón a los vecinos por las causas más inverosímiles.

Este cuarto año la Asociación Cultural Historia Viva y la Concejalía de Cultura del municipio apuestan por otro periodo transcendental para los moriscos; el espacio comprendido entre 1.568 y 1.570. En este intervalo de tiempo, se inició la rebelión de la comunidad morisca del pueblo contra los cristianos, coincidiendo con el levantamiento de los alpujarreños granadinos contra el rey Felipe II en protesta contra la Pragmática Sanción emitida en 1567 que limitaba y perseguía sus libertades culturales y que concluyó con la derrota de los sublevados y el correspondiente exilio de los llamados moriscos -musulmanes que permanecieron en España una vez finalizada la reconquista- a distintos puntos de tierras de Castilla.

Cien actores y doscientos figurantes protagonizan este evento, bajo la dirección del historiador y guionista Francisco Gómez Armada. El espectáculo cuenta -en 19 escenas repartidas a lo largo del fin de semana- los sucesos acontecidos entre cristianos y moriscos a través de personajes como don Cirilo, el párroco; el alcaide, Cristóbal de Córdoba, y los enamorados Miguel y Fátima que se casaran según las costumbres de época en la última escena entre flores y cánticos populares en la España del siglo XVI. Los actores han dedicado tres meses a ensayar las recreaciones y a completar la escenografía.

La plaza de Casarabonela y las calles aledañas, típicamente moriscas, han sido transformadas en un zoco morisco de nombre «Qasr Bunayra» -como denominaron al municipio la comunidad morisca- en la que se han instalado figones o tabernas que ofrecen tapas y bebidas elaboradas según la receta de estos tiempos antiguos y servidas en platos y vasos de barro o jarrillos de lata que se han fabricado especialmente para este evento histórico cultural.

«A lo largo de la calle principal hemos montado un zoco artesanal con productos de toda la comarca: cerámicas, forja, bisutería en cuero o objetos decorativos en madera y también productos gastronómicos desde chacinas a dulces», según cuenta Ana Belén Guitera, concejala de Cultura.

En la plaza estarán los dos artesanos más mayores de Bonela trabajando sendos artes casi extintos: Antonio Rueda, fabricando asientos para sillas de anea; y Baltasar Doblas trabajando el esparto junto a su señora, que se dedica a decorar las piezas con toques que color.

Las recreaciones comenzaron ayer con el desfile de todos los actores y figurantes, agrupados por jerarquía, por las calles del pueblo. Acto seguido, el maestro de Casarabonela y artífice de la recuperación de buena parte de la historia de los pueblos de la zona, Francisco Gaona, leyó el pregón, en el que hizo un recorrido por los sucesos que protagonizaron los moriscos que no quisieron convertirse al cristianismo y, por ello, fueron expulsados a Castilla.

Hoy y mañana continuarán las secuencias teatrales, desde las doce de la mañana hasta la tarde, en que se representarán las últimas escenas del desenlace entre moriscos y cristianos.