La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a ocho personas que formaban parte de una red criminal de tráfico de cocaína y que, además, tenían armas de forma ilegal, a penas que suman más de 28 años de cárcel. Una de las mujeres que formaban parte de la organización intentó tomar un vuelo, el 8 de septiembre de 2014, a Atenas con 168 gramos de cocaína que había introducido en su vagina. Los agentes la detuvieron de inmediato en el aeropuerto malagueño.

Así, según consta en el apartado de hechos probados, un matrimonio fue detenido a las puertas de su garaje en Casabermeja cuando volvían de Toledo en un Volkswagen Golf con un paquete de 995 gramos de cocaína el 27 de agosto de 2014. Luego, se practicó un registro en la vivienda y, entre otras cosas, la policía localizó 13 tabletas con 817 gramos de hachís, MDMA, diversas sustancias como ácido bórico o cafeína así como otras prohibidas para la práctica del deporte, un revólver, documentos sobre cómo cortar cocaína y una hoja con datos relativos a vuelos a Sao Paulo (Brasil). El coche era propiedad de otro acusado, quien actuó como intermediario de la compraventa de droga y les cedió su uso temporal. El automóvil debía ser pagado con el coche. La droga habría alcanzado un valor de 42.000 euros en el mercado.

El 8 de septiembre de 2014, sobre las 11.00 horas, otra acusada, con antecedentes penales por tráfico de droga y que fue indultada, se personó en el aeropuerto para tomar un vuelo a Atenas vía Roma, pero fue interceptada en la puerta de embarque comprobándose, tras ser examinada, que portaba en el interior de su vagina un objeto de forma alargada de 13 centímetros, con un envoltorio de plástico y recubierto con un preservativo que contenía 168,5 gramos de cocaína, que habrían adquirido en el mercado un precio de 5.058 euros.

Además, el 24 de septiembre de 2014, sobre las 22.15 horas, habían viajado a Leganés otros dos encausados para comprar droga a los suministradores y un tercero los acompañó para trasladarla a Málaga en coche. Así, este se hizo cargo de la cocaína y volvió hacia la provincia, mientras los otros iban en un coche que le precedía haciendo de lanzadera para evitar controles policiales. A las tres de la mañana del 25 de septiembre, la policía detuvo el coche del hombre que llevaba la droga, en total 298 gramos de cocaína. Fue arrestado en Salinas, Archidona.

Los otros dos acusados ya sabían que habían pillado a su compañero y a las tres menos cuarto de la madrugada los agentes les dieron el alto. Pese a ello, aceleraron el coche y esquivaron el cerco, de forma que se inició una persecución por las calles de Salinas hasta el mesón regentado por uno de ellos. Este detuvo allí el coche, y los dos narcos iniciaron la huida por separado.

El dueño del mesón se introdujo en el bar, pasó detrás de la barra y accedió a un salón que estaba en obras. Tras cruzarlo, llegó hasta su casa, que se comunica con el bar, siendo perseguido en todo momento por los funcionarios, que lo alcanzaron cuando subía unas escaleras, pero este se resistió lanzando patadas y puñetazos e hirió a un agente. Su compañero fue arrestado al día siguiente en Villanueva de Tapias.

Luego, los investigadores registraron la casa del dueño del mesón y su pareja en Salinas, y encontraron una pistola semiautomática. En el bar, se hallaron cogollos de marihuana. Antes del registro, y al percatarse este de que ya habían pillado a su compinche, llamó a su pareja y le dijo "coge todos los zapatos, corre", por lo que ella tiró arrojó una bolsa al patio con más de un kilo de hachís, que fue encontrado por el dueño de un bar. Además, esta mujer hacía labores de vigilancia en el establecimiento, observando a los clientes para ver quién era policía.

Por último, se produjo un registro en una vivienda de Alameda de una pareja también condenada, que cuando se dio cuenta de que quienes llamaban a su puerta eran policías decidieron no abrir, por lo que los agentes tuvieron que echar la puerta abajo. El hombre llegó a decir "es la policía que viene a hacer un registro" de forma que a su esposa le diera tiempo de eliminar los elementos incriminatorios.

Las penas oscilan entre un año y medio de prisión y los cuatro años y medio para los ocho sentenciados.