El embalse de la Viñuela, el de mayor capacidad de la provincia, se encuentra al 40% -muy por debajo de la media de estos últimos diez años-. Con un invierno «bastante seco» como el vivido en el interior de la provincia, especialmente en las cabeceras de ríos y arroyos, es lógico que las agrupaciones agrarias se encomienden a una primavera lluviosa, porque de lo contrario se presentará un tercer verano con restricciones. Esta situación afectará al regadío, del que depende gran parte de la economía agrícola malagueña.

El presidente de Asaja, Baldomero Bellido, insistió en que estos últimos tres meses han concentrado las lluvias en la provincia o bien en pocas horas o con incidencias muy destacadas en áreas del litoral, con inundaciones históricas, de manera que el balance en los embalses «sigue siendo deficitario, por tercer año consecutivo». No ha sido un invierno favorable ni en lo meteorológico, ni en cuanto a las perspectivas que había generado el olivar, con menor cantidad de aceitunas por recolectar, pero con unos precios del aceite que al inicio de la cosecha hicieron presagiar mejores dividendos.

«Lo más positivo es que los dispositivos de vigilancia han funcionado y hay una disminución de los robos en las explotaciones», relató. Sin embargo, aunque esta campaña del olivar no ha generado una merma en el número de jornales, «porque la aceituna había que recogerla», sí que generará beneficios muy por debajo de lo esperados para los agricultores.

Los responsables de empresas comercializadoras del subtropical sí que hacen un balance positivo en cuanto a los precios de los aguacates axárquicos durante el invierno que ahora termina. «Sin embargo, tiene que llover más o de lo contrario dependeremos de que se puedan culminar las obras de mejora de los regadíos prometidas, bien para conectar la red de la Viñuela con el río Chíllar o bien para poder disponer de excedentes en otras cuencas», relataban el pasado viernes los responsables de la cooperativa Trops con motivo de un acto al que asistió también el alcalde de Vélez Málaga, el socialista Antonio Moreno Ferrer.

La voz de alerta está dada desde antes de que comenzara el invierno, tal y como recuerda el secretario general de Asaja en Málaga, Benjamín Faulí. Él mismo se refirió a la prealerta que se vivía a principios de año y que, a la vista de las pocas precipitaciones que se han acumulado durante los dos últimos meses, se mantendrá en los próximos.

Si las administraciones competentes «no se ponen de acuerdo y dejan a un lado las batallas y enfrentamientos de otros tiempos, será difícil que el regadío, especialmente variedades como los subtropicales, puedan mantener su crecimiento». Bellido remarca que son años de espera, «desde que aguacates y mangos empezaron a convertirse en uno de los pilares económicos más importantes de la agricultura malagueña, junto al olivar». En el tejado de la Junta de Andalucía y del Gobierno central está ahora una pelota, que de seca, «ya no puede rodar».