María Ríos es una niña de nueve años de la pedanía antequerana de La Joya, situada muy cerca del paraje natural de El Torcal. Desde su nacimiento arrastra un retraso madurativo que le genera ciertas dificultades a nivel educativo. Por su edad, el próximo curso tendría que dejar de estar escolarizada en el colegio Ciudad de Oscua de Villanueva de la Concepción por no contar éste con las características necesarias para su desarrollo.

En este sentido, la familia y los amigos de esta pequeña de La Joya han recogido más de 3.000 firmas en tan solo una semana tanto en distintos establecimientos como a través de la plataforma Change.org, para solicitar a la Junta de Andalucía un aula específica que permita a la alumna seguir con su educación en la localidad de la comarca de Antequera y que no se tenga que desplazar cada día hasta la propia ciudad de los Dólmenes.

La madre, María Luque, asegura que el colegio cuenta con espacio suficiente para habilitar una nueva aula, aunque sería necesario que el Gobierno andaluz accediera a dotar al centro educativo de un profesor más, siendo también fundamentales un logopeda y un fisioterapeuta, que pudieran realizar las distintas terapias que la niña tiene que llevar a cabo. El Ayuntamiento está dispuesto a asumir el coste de las obras que tengan que llevarse a cabo, por lo que solo falta el sí de la Junta.

De no poderse habilitar el aula específica, María Ríos tendría que desplazarse todos los días hasta Antequera, con la acumulación de kilómetros que ello supondría y que se sumarían a los que ya viene realizando actualmente desde la pedanía de La Joya hasta el colegio de Villanueva de la Concepción y por las tardes hasta la localidad de Mollina, donde recibe las distintas terapias.

Es algo que preocupa a sus padres, pues tienen miedo de que esta acumulación de desplazamientos, que la dejarían prácticamente sin tiempo libre, provoque en la pequeña un retroceso en el avance que ha experimentado durante estos años. Es la propia niña la que transmite que se siente integrada con sus compañeros y sus progenitores temen que el cambio de ambiente le influya negativamente.

Recientemente, los padres, con el apoyo del Ampa del colegio, el Consistorio y la Asociación de Mollina para la Integración del Discapacitado (Amidis), se reunieron con la Delegación de Educación en Málaga, a la que entregaron el conjunto de firmas reunidas y distintos informes que justifican la necesidad del aula específica. De dicho encuentro la familia salió con esperanzas, pero, como explica María Luque, sin ninguna solución a corto plazo.

Por su parte, la Junta asegura que se encuentran «en el plazo de análisis de las necesidades en este sentido en los centros educativos de la provincia para la tramitación de las peticiones correspondientes».

@ccasadob