«Es insoportable, así no se puede vivir». Con esta frase explica Jonatan Jiménez, vecino de Campillos, el problema que el conjunto de la ciudadanía del municipio está sufriendo desde hace varios meses debido a los olores que se desprenden de la planta de biogás agroindustrial que abrió sus puertas en la localidad durante el pasado año 2016 y al frente de la cual se encuentra la entidad Giesa Agroenergía.

Por su parte, Miguel Trujillo, otro de los habitantes de la localidad, explica que no pueden estar más tiempo «expuestos a un problema de contaminación ambiental que pueda generarnos algún tipo de enfermedad o molestias respiratorias que deriven en una determinada patología».

Desde del Ayuntamiento de Campillos apuntaron que no son ajenos a la situación que están viviendo los vecinos y confirmaron que ya hace tres meses que se iniciaron los contactos con la empresa responsable para transmitirle su inquietud por este hecho. Así, desde el mes de junio el Consistorio ha llevado a cabo conversaciones por teléfono y también de forma presencial con el responsable de la planta de biogás, David Piñero, en las que le ha manifestado esta problemática.

El pasado 18 de julio, la entidad se comprometió en una reunión a subsanar esta situación introduciendo medidas correctoras para disminuir el olor. Además, adquirió el compromiso de elaborar a través de una empresa privada un informe de la calidad del aire en Campillos, así como de facilitar todas las analíticas de la planta al Ayuntamiento. También acordó con el alcalde de la localidad, Francisco Guerrero, que se irían aportando nuevos datos acerca del estudio que se va a realizar.

Al mismo tiempo, el alcalde ya ha mantenido una conversación con la coordinadora de la Unidad de Protección de la Salud de Antequera, a quien le ha trasladado la preocupación existente en el municipio. Esta entidad será la que comunique al Ayuntamiento el trámite a seguir en su objetivo de solicitar un informe sobre el impacto ambiental que produce la planta de biogás en Campillos y el efecto que puede tener en la salud de la ciudadanía.

En la actualidad, el Ayuntamiento considera insuficientes las medidas tomadas por la empresa responsable de la planta de biogás y se plantea la posibilidad de tomar decisiones más drásticas sobre este asunto si en un corto espacio de tiempo no se recibe algún tipo de comunicación que demuestre interés por solucionar el problema.

El Consistorio lamentó las molestias de mal olor que se han intensificado desde la puesta en funcionamiento de la planta de biogás y lanzó un mensaje de tranquilidad a los vecinos «porque no existen evidencias tangibles de que el olor sea perjudicial para la salud».

«Vamos a realizar todas las gestiones posibles hasta ver reducido notablemente este problema que nos preocupa y afecta a todos. Como representante de nuestros vecinos me comprometo a realizar las gestiones necesarias», afirmó el alcalde.