La Asociación de Enfermas de Fibromialgia de Antequera y Comarca (Aefac) ha vivido en las últimas semanas una situación de incertidumbre que ha desembocado en una drástica, pero a la vez inevitable decisión: suspender la actividad del colectivo por la falta de recursos económicos que permitan asumir los gastos mensuales de la organización.

La presidenta de la asociación, Rosario Campos, explica visiblemente emocionada que se ha llegado a la situación actual principalmente por el descenso en el número de socias. En los últimos diez años se ha pasado de las en torno a 100 usuarias a las apenas 30 que aportan su cuota en la actualidad, lo que supone una disminución de hasta el 70 por ciento.

La medida que Aefac pretendía establecer para intentar mantener su actividad iba a ser la subida de las cuotas, las cuales se sitúan en la actualidad en los 35 euros mensuales. Sin embargo, esta propuesta no sirvió más que para que un mayor número de las enfermas que recibía terapia en la sede del colectivo decidiera también abandonarlo, dejando al mismo en la situación límite que ha provocado el cese de las actividades.

Aefac únicamente contabilizaba ingresos gracias a la subvención anual del Ayuntamiento de Antequera, a la aportación de las distintas socias y a distintas actividades solidarias. Una cantidad que no lograba cubrir los gastos que cada 30 días la organización tenía que afrontar: el pago del local, los suministros, los distintos seguros y los salarios de las dos trabajadoras contratadas para las terapias de las personas enfermas.

Así, una masajista y una técnica de Asuntos Sociales trabajaban cada día con la asociación proporcionando a las enfermas terapias y apoyo personal que les permitieran mejorar su calidad de vida. Y es que las mujeres afectadas por la fibromialgia presentan síntomas como dolores en múltiples localizaciones del cuerpo, un cansancio generalizado, rigidez articular, dificultad para dormir, entre otros.

Ahora, con la suspensión de la actividad del colectivo, las mujeres usuarias de las terapias quedan en una difícil situación, según manifiesta Rosario Campos. Y es que sostiene que los médicos no les aportan un tratamiento eficaz, por lo que encontraban en la asociación una posibilidad de recibir ciertos cuidados que a partir de este momento no saben dónde podrán encontrar.

La Asociación de Enfermas de Fibromialgia de Antequera y Comarca es una entidad sin ánimo de lucro que comenzó a dar sus primeros pasos en noviembre del año 2.000. Tras 17 años de trabajo, la presidenta del colectivo asegura que van a intentar, al menos, que la organización siga constituida, con la intención de que en un futuro, si la situación económica mejora y surgen nuevas socias, se pueda retomar la actividad, algo que todavía parece lejano.

@ccasadob