«Queremos ser tu primera opción, no tu última oportunidad». Ese es el lema que representa la filosofía de la asociación Resurgir - Proyecto Hombre, que alcanza en este 2017 los 25 años de trabajo en la localidad de Antequera.

En todo este tiempo han desarrollado terapias basadas en el «crecimiento personal» para plantear nuevos objetivos y ayudar a cumplir los proyectos de distintas personas con problemas de adicción o que presentaban conductas de riesgo.

«El programa de Proyecto Hombre tiene un enfoque biopsicosocial, que consiste en aprender a vivir de manera autónoma y sin ningún tipo de dependencia. Un usuario que comienza un programa en Proyecto Hombre inicia un proceso terapéutico cuyo objetivo consiste en que la persona recupere su autonomía, su sentido de la responsabilidad y su capacidad para tomar decisiones y volver a ser un miembro activo de la sociedad», explican desde el propio colectivo antequerano.

Además, en el proceso de trabajo en el centro ubicado en Antequera no existe la magia. Todo se basa en el «esfuerzo, sacrificio e implicación», según manifiesta Censi León, psicóloga y terapeuta que trabaja con la asociación. Al fin y al cabo, lo que se pretende es «formar mejores personas».

El antequerano Alfonso Rojas era una persona con la vida desordenada. Desde los 15 hasta los 42 años su identidad cambiaba durante el día y la noche. En el aspecto laboral, era considerado un buen trabajador. Sin embargo, en los ratos libres, se escondía de la sociedad y lo hacía refugiándose en la adicción a las drogas y al juego.

«No me sentía feliz conmigo mismo, estaba apartado de mi familia y me sentía en soledad. La droga era mi escapada», apunta Alfonso, que reconoce que con ayuda de sus seres más queridos decidió dar el paso para acceder a los programas que pone en marcha la asociación Proyecto Hombre: «Fue un día muy fuerte para mí, me caí al suelo llorando como un niño».

Este antequerano no recuerda los programas como duros, sino más bien con «un nivel de exigencia alto, con muchas normas y muchas responsabilidades. Dura era la vida que tenía antes de llegar a Proyecto Hombre», añade.

Tras dos años, Alfonso finalizó el programa. «Ahora soy una persona totalmente diferente. Soy feliz y le encuentro sentido a todo», resalta, a la vez que recuerda que lo perdió «todo y ahora doy ejemplo a mi familia, sintiéndome importante». Además, a día de hoy sigue trabajando con la asociación, algo que reconoce que es «muy gratificante» para él.

Similar al de Alfonso es el caso de Óscar Núñez. «Toque fondo, perdí todo, el trabajo, mi pareja e incluso iba perdiendo a mi familia. Era un problema de adicción y también a nivel social. Me sentía solo, vacío y no tenía a nadie a mi alrededor», resalta.

Por ello, decidió pedir ayuda a su familia y contactar con Proyecto Hombre Antequera. Allí encontró un apoyo y, aunque reconoce que no fue fácil, «al final resulta gratificante lograr los objetivos. Para mí Proyecto Hombre lo es todo, de hecho, sigo colaborando con ellos. Ahora soy feliz y antes me refugiaba en la droga», apunta Óscar, que consiguió recibir el alta durante el pasado mes de mayo de 2016.

Más antiguo es el caso de José Luis Delgado, que lleva rehabilitado 17 años. Tras acudir a distintos centros y programas sin conseguir resultados, vio en Proyecto Hombre la oportunidad que necesitaba para acabar con su adicción a las drogas que le alejó de su familia y que, como él cuenta, estuvo principalmente provocada por su buena economía.

«Mi paso por Proyecto Hombre Antequera fue muy difícil, pero iba viendo los resultados», reconoce, a la vez que señala que al finalizar su etapa en el centro ya era «una persona nueva. Esta asociación es un estilo de vida, entrar en ella fue la mejor decisión que pude tomar», indica José Luis.

Resurgir-Proyecto Hombre Antequera ha ayudado a más de 24.000 personas estos 25 años. Un trabajo intenso que, lejos de frenarse, seguirá adelante por muchísimo tiempo más.