La muerte del hombre que estuvo cinco horas a la espera de ser atendido en Urgencias del Hospital de Antequera ha hecho que el centro hospitalario tome medidas para que no suceda más. En concreto, ha propuesto que los celadores hagan un control visual cada vez que se movilice a algún paciente, o cada 45 minutos como máximo, en caso de que no se lleve a cabo ningún traslado.

Además, añaden que «cuando se llame a un paciente para ser atendido y no conteste, se comprobará la pulsera identificativa de todos los pacientes que se encuentren en la sala». Estas son las pautas que se han dado entre el personal de celadores del hospital, una medida que UGT no apoya, entre otras cosas, por no ser personal sanitario.

El sindicato mostró ayer su disconformidad y aseguró que «no se pueden adoptar medidas y/u opiniones sin ser reflexionadas y consensuadas con todos los trabajadores afectados con estas medidas». «Nuestros servicios de Urgencias padecen desde hace mucho tiempo un gravísimo problema de falta de personal y, en muchos casos, una nefasta organización que provoca interminables esperas y saturación de todos los profesionales», afirma el sindicato, que reclama una reforma estructural de todo el sistema.