Amarillos, verdes, azules, negros… Mucho color y espacios perfectamente acotados en las calles, señalizaciones por doquier y publicidad en vallas y áreas urbanas. La clasificación de los residuos domésticos se ha convertido en todo un desafío para las administraciones. Un problema que se aborda desde distintos frentes -educación, sensibilización, acción social, etc,- y para el que se despliegan todo tipo de recursos que, a la vista de los resultados, continúan siendo insuficientes.

Algo se está haciendo mal en España cuando, por ejemplo, el reciclaje de envases apenas alcanza la cifra del 8% del total -datos de Ecoembes para el pasado ejercicio-. Los estudiantes de Secundaria del Colegio El Pinar de Alhaurín de la Torre han podido constatar este hecho en su propia experiencia y con un simple ejercicio de clase.

Distribuidos en grupos, el casi medio centenar de estudiantes de segundo de ESO de este centro educativo han desarrollado durante el último mes un ejercicio de clase en el que el objetivo no podía ser más simple: Debían saber en qué contenedor depositar 16 productos de desecho usados en el día a día de cualquier hogar medio.

El resultado del trabajo mostró que en todos los equipos se producían errores y que el nivel de conocimiento en la materia dejaba mucho que desear. “Esta situación entre jóvenes de 12 a 13 años en edad escolar y con pleno acceso a la información evidencia la necesidad de hacer algo para mejorar la realidad del reciclaje en nuestros municipios”, asegura David Exposito, profesor de Secundaria y titular de la asignatura de Technology, en cuyo contexto se ha desarrollado esta experiencia enmarcada en un proyecto de trabajo constructivista y colaborativo más amplio.

Partiendo de este enfoque, a los estudiantes se les planteó el reto de desarrollar una campaña para incentivar y mejorar la clasificación de residuos en el ámbito de influencia del colegio, a la vez que se sientan las bases para plantear un paquete de actuaciones colaborativas y de divulgación relacionadas con la lucha contra el cambio climático -ahorro energético, planes de movilidad sostenible, etc.-.

Tras un sondeo de campo en el que participaron personas cercanas a los alumnos, se evidenció que uno de los principales problemas residía en el déficit de información existente para poder proceder a una criba adecuada de los desechos. “Nos dimos cuenta de que había mucho lío y que los vecinos no tenían claro en qué contenedor se debía depositar cada elemento”, asegura Yankai Ramírez, una de las alumnas participantes en el proyecto.

En vista de los resultados, los estudiantes optaron por poner el foco en los contenedores. Aprovechando uno de los objetivos de la materia curricular de Tecnología; los alumnos trabajaron en el diseño de paneles explicativos para serigrafiar los contenedores, de manera que los vecinos puedan tener una información clara, concisa y certera de los tipos de residuos que se deben poner en cada uno.

En base a esta línea de actuación y con el apoyo de programas y aplicaciones específicas de composición gráfica, cada estudiante trabajó en la búsqueda de un diseño. El tramo final del proyecto consistió en una exposición grupal de los bocetos; de los que se eligieron un total de tres que serán los que se envíen al Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre -y más tarde también al área correspondiente de la Diputación de Málaga-, junto a una carta para proponer su implementación en todo el término del municipio; así como en otros de la provincia.

"Debido a la gran importancia que tiene el reciclaje para la conservación de nuestro planeta Tierra y a su vez para el bienestar de toda la humanidad, hemos pensado que si hacemos unos formatos de pegatinas llamativos, divertidos y originales, probablemente todas las personas se fijarán más en ellos y a su vez se motivarán más en el reciclaje", explica en la carta dirigida al Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre la alumna Yankay Ramírez, de 2º ESO A.

“Hemos intentado ver esta tarea como algo más que un trabajo de clase. Nos lo hemos pasado muy bien investigando y buscando información; así como realizando los diseños con la ilusión de luego verlos colocados en las calles de nuestros pueblo y en otros y que de esa manera podamos ayudar a los vecinos a clasificar mejor los residuos. Además nos ha servido para valorar la importancia del reciclado en el cuidado del medio ambiente y lo necesaria que es esta labor en la lucha contra el cambio climático”, asegura Julia Dolezal.

Julia es una de las autoras del diseño de las pegatinas (el amarillo), junto a Ana Torres (Verde), Roland Pereira (Gris) y Francisco Aguilar (Azul).

Esta campaña sobre el reciclado forma parte de una iniciativa más amplia para el fomento de hábitos de vida saludable y mejora del entorno del centro, un plan global en el que se incluyen desplazamientos a pie desde los hogares hasta el entorno del aula, promoción del deporte y alimentación saludable, gestión de residuos y actuaciones de eficiencia energética, cuidado de zonas verdes, cultivo y consumo de alimentos saludables y otras acciones que buscan implicar a toda la comunidad educativa en la creación de la primera ‘bioescuela’ con impacto ambiental reducido en el Valle del Guadalhorce.