Necesitan ayuda urgente. No pueden más. Las lluvias de las últimas semanas han incrementado el agua embalsada, ha aliviado sobremanera los cultivos de la provincia y ha enterrado el decreto de sequía en un cajón. Pero no todos son ventajas.

El refugio de caballos Cyd Santa María, situado en Coín, ha lanzado un SOS ante la desesperación de sus responsables. "No ha parado de llover en las últimas semanas y lo peor es que las previsiones apuntan a que va a seguir lloviendo", afirma Virginia Márquez, una de las responsable de la entidad.

"La mayoría de la gente piensa que la lluvia es beneficiosa pero a nosotros nos perjudica", explica Virginia Márquez. "Si ahora mismo dejara de llover necesitaríamos un mes para que el terreno en el que se asienta el refugio recuperase la normalidad", afirma la joven.

Y es que el refugio se encuentra sobre un terreno arcilloso que se ha convertido en un auténtico lodazal con tanta lluvia, lo que dificulta que los caballos acogidos en Cyd Santa María puedan moverse con facilidad y les impide incluso llegar a los abrevaderos.

"Estamos hablando de caballos que han sido maltratados, que están enfermos en fase terminal o son viejos y les cuesta moverse. Si encima el terreno está completamente embarrado eso les provoca pequeños accidentes y lesiones. Uno de nuestros caballos ha sufrido una luxación de rótula y otro una úlcera en un ojo", explica Virginia Márquez.

Para hacer frente a esa situación, la entidad necesita por ejemplo algo que puede parecer tan simple como paja pero el problema es que la necesita constantemente. "Los caballos normalmente duermen de pie pero estamos hablando de ejemplares enfermos que pasan mucho tiempo tumbados porque no se tienen en pie, como consecuencia de sus enfermedades". El problema es que necesitan paja a modo de lecho, pero esa paja se echa a perder en dos días por culpa de la lluvia. "Necesitamos donaciones para comprar paja porque la que nos donan se utiliza muy deprisa", explica Virginia Márquez.

Las lluvias y el frío, igual que en los seres humanos, acrecienta las enfermedades y los achaques, lo que hace necesaria la visita de los veterinarios para atender a los animales. "La factura de los veterinarios actualmente es de unos 3.000 euros al mes", se lamenta la responsable de Cyd Santa María.

Para que no haya lugar a suspicacias, la asociación facilita a los colaboradores el número de cuenta de los veterinarios para que les agan directamente las donaciones en sus cuentas y ellos se la descuentan a Cyd Santa María de sus facturas. "El problemas es que a veces no sabemos cuándo vamos a poder pagarles porque los recursos vuelan pero si no les pagamos, dejan de venir".

Por ello, la entidad solicita donaciones urgentes con el fin de mantener la asistencia que necesitan los caballos. "Si no tenemos paja y el caballo se tumba en el barro, al final tendremos que llamar al veterinario y no sabemos cómo vamos a salir de esta situación".

Actualmente entre 15 y 20 voluntarios colaboran con el refugio de caballos "pero no vienen todos los días, sino de vez en cuando. Aquí, fijos sólo trabajamos un cuidador mi hermana y yo", explica Virginia Márquez.

Ellos tres se las ven y se las desean para atender actualmente a 56 caballos, unos 200 animales en total, contando, mulas, gatos, perros, pavos reales, hurones, gallinas, cabras y tortugas.

"Cuando llueve, los voluntarios se quedan en casa porque piensan que no pueden cepillar o ayudar a los caballos, pero en realidad es cuando más pueden ayudarles; por eso, hacemos un llamamiento para que se animen y vengan cuantos puedan más mejor".

Cyd Santa María está especializado en la asistencia y el cuidado de caballos maltratados y abandonados pero cuando les llaman para hacerse cargo de algún ejemplar, normalmente en ese lugar hay otros animales en la misma situación, como gallinas, perros o gatos. "Intentamos reubicarlos en centros especializados pero muchas veces nos quedamos con los casos más graves".

Ante los estragos de la lluvia sobre el terreno, los responsables de la asociación han estudiado la posibilidad de echar grava sobre el terreno para paliar los efectos del agua sobre la arcilla pero han echado cuentas y cada camión de grava les sale por 180 euros, y para adecentar una buena zona para los caballos les harían falta unos 110 camiones, lo que supondría cerca de 20.000 euros, una cifra inalcanzable para ellos.

"Y no sería una solución definitiva pues en unos cuatro años la lluvia volvería a dejarlo todo tal y como está. Hemos cambiado los abrevaderos de sitio para hacerlos más accesibles a los animales pero es un parche. Realmente no hay una solución única pero nos ayudaría mucho contar con más gente, más paja y más donaciones para hacer frente a las facturas de los veterinarios", explica Virginia Márquez.

Para ello, la asociación está promoviendo que todos los interesados se conviertan en teamer, es decir, una persona que colabore solamente con un euro al mes. "Si consiguiéramos 1.000 teamers reduciríamos un tercio la factura de los veterinarios al mes", explica Virgina Márquez.

Los interesados pueden hacer efectivo sus donativos en la cuenta que la Asociación Cyd Santa María tiene en Cajamar con el número IBAN ES59 3058 0714 5727 2009 8428.