«Es un chaval joven. Aquí notarás el pelo en bronce. Y aquí tiene unas cositas, que es lo que la gente normalmente no ve, que son racimos de uva pequeñitos y hojas de hiedra, porque lleva una corona, tributo a dios Baco. Seguimos bajando y tocamos la nariz, que es finísima, también podrás notar que le faltan los ojos».

De esta forma tan detallada describe el director del Museo de la Ciudad de Antequera, Manuel Romero, El Efebo a una persona con discapacidad visual, mientras desplazan sus dedos por la réplica a tamaño real de la escultura de bronce más famosa de la localidad. Se trata de una actividad impulsada por el propio espacio cultural en colaboración con la ONCE, que pretende potenciar una mayor accesibilidad en el conocimiento del patrimonio de la localidad.

«La iniciativa surge analizando los diferentes tipos de público. Hemos visto que una de las deficiencias, que intentamos corregir progresivamente, es adaptar el espacio a los colectivos con necesidades especiales para que puedan disfrutar de una manera muy específica de nuestro patrimonio histórico, que es el de todos», explica Romero.

De esta forma, valora muy positivamente la iniciativa y expresa su satisfacción por los resultados obtenidos en una opción innovadora en la ciudad de los Dólmenes. «Los usuarios con problemas de visión se dan cuenta, en el caso de El Efebo y al tocar la nariz y los labios, del ideal de belleza clásico, ese canon perfecto que representa», indica el responsable del museo.

Romero también destaca que a las personas participantes en la actividad les llama mucho la atención la ausencia de los ojos en El Efebo, así como la rotura en la parte de atrás provocada por el arado en el momento de su hallazgo.

Además de la citada escultura de bronce, los discapacitados visuales que disfrutaron de la visita adaptada también pudieron oír una breve introducción a través de audioguías, así como palpar réplicas de monedas, algunas epigrafías y otros elementos expuestos en el museo sito en el Coso Viejo. Sus gestos de sorpresa y concentración denotaban claramente una satisfacción enorme al poder acercarse mucho más a parte de la historia.

«Nos ha encantado la experiencia, no solo el hecho de que te expliquen y poderte hacer la idea de la imagen, sino también poder tocarla. Hay detalles que por mucho que te expliquen o te imagines no los notas hasta que los tocas», indica la directora de la Agencia Administrativa de Antequera de la ONCE, Alicia Gallego.

En este sentido, manifiesta que se trata de «una experiencia que nos permite a quienes no vemos bien saber lo que tenemos aquí, este patrimonio de Antequera», por lo que agradeció al Museo de la Ciudad su «lucha por la accesibilidad para personas, en este caso, con ceguera y deficiencia visual».

El objetivo de los responsables del espacio cultural es que la actividad pueda repetirse e incluso afianzarse en su programación. «Queremos construir esta actividad desde abajo hacia arriba, nosotros jamás hemos pretendido dar una actividad hecha y ofrecerla a los invidentes u otros colectivos. Con un guión previo, queremos ver cómo funciona y ahora seguir hablando con ellos para saber aciertos y problemas, ya que el equipo también tiene que aprender de los usuarios con el objetivo de mejorar la experiencia», reconoce Romero.