Un millón de visitantes en apenas tres años de vida. El fenómeno internacional del Caminito del Rey ha transformado a Álora y a Ardales, como nuevos destinos líderes en Andalucía. Pero al calor de tanto turista, es lógico que inversores de los más alejados destinos también hayan puesto sus ojos en este enclave único en el mundo. Uno de los casos más llamativos lo representa el magnate estadounidense Richard Aiken, cuyo capital acaba de servir para inaugurar hace unos días el restaurante Cascades.

Asociado tanto con el británico John Whitcombe como con la familia que desde hace casi medio siglo está al frente del restaurante Los Caballos, en Álora, este aficionado a la escalada ya conocía el potencial del Caminito del Rey. «Pero al convertirse en millonario, gracias a que logró venderle a Google una novedosa aplicación, recordó que con el Caminito abierto había nuevas oportunidades de negocio en el enclave que le cautivó. Él sigue en Florida, donde vive, pero aquí tenemos en marcha el negocio y no deja de venir, cada vez que puede, para supervisarlo», remarca Martín Hidalgo, responsable de Cascades y experimentado empresario aloreño porque pertenece a la segunda generación al frente de Los Caballos. De su conocimiento en la celebración de eventos, también prevé poner Cascades a la vanguardia de las fiestas en lugares exclusivos dentro de la provincia malagueña.

«Estos inversores ya han generado de forma directa 15 nuevos puestos de trabajo y ya preparan en el mismo entorno de la salida del Caminito del Rey, aquí en El Chorro, un hotel con capacidad para más de 60 personas», explica. Son los primeros brotes verdes, sin lugar a dudas, esperanzadores, después de que la Diputación de Málaga hiciese como propio el reto de situar al monumento como el segundo más visitado de Andalucía por detrás de La Alhambra.

Hidalgo expresa que en sus primeros días de vida, Cascades ha recibido a cientos de turistas de Reino Unido, Bélgica, Alemania, Francia y otros países europeos, pero no dejan de llegar asimismo de otros continentes. Estados Unidos y hasta Australia o México componen el extenso abanico de nacionalidades que integran el crisol en el que se ha convertido el Caminito, gracias en gran parte a la enorme repercusión internacional que tuvo tanto su apertura como el paso posterior de la Vuelta a España.

Así lo expresó esta misma primavera el presidente de la propia Diputación, Elías Bendodo, al remarcar el «revulsivo económico y turístico» de este novedoso recurso para el Valle del Guadalhorce. Lo indicaron asimismo los munícipes de las localidades directamente vinculadas al mismo, como Ardales, a través de su regidora, María del Mar González; Álora, representada por su alcalde, José Sánchez; o Campillos, cuyo regidor es Francisco Guerrero.

Las estadísticas son contundentes: uno de cada tres visitantes que completan su recorrido son de origen extranjero. Pero es que, como en el caso de La Alhambra o la Cueva de Nerja, hasta 84 nacionalidades diferentes son capaces de componer cada año un verdadero abanico internacional en cuanto al cupo de turistas que disfrutan de estas maravillas en suelo andaluz.

Inversores y empresarios nativos de este paraje natural reconocen que 2015 marcó un antes y un después para Álora, Ardales y el resto de la comarca donde se localiza.