Sergio Martín es consciente de que "hay hartazgo" de la política y que el espectador "se cansa" de la situación que atraviesa el país, pero "aún así y con todo" el nuevo presentador de Los Desayunos de TVE lleva por lema "ofrecer al espectador cuantas más claves mejor para que forme su opinión".

Y con esa intención, según cuenta en una entrevista a Efe, el exdirector de 24 horas (TVE) (2012-2016) y del programa "La Noche" en el mismo canal se levanta cada día a las tres de la mañana con "la adrenalina de qué es lo que hay que hacer hasta estar listo en el plató a las ocho".

Ha cambiado de horario y, "del tono reposado y de reflexión que debes tener por la noche en la pantalla", ha pasado a despertar a la gente, "que quiere que le cuentes rápido las noticias antes de salir de casa y que le pongas el chip rápido de lo que va a pasar en el día".

Un día al que parece faltarle horas en la vida de Martín, si tenemos en cuenta que, además del programa, acaba de presentar el libro "Noticias las justas", un proyecto que ha coordinado y del que se siente muy orgulloso. Es la reflexión de él, de otros periodistas y de expertos en divulgación sobre cómo cuentan los medios de comunicación la información que sale de los tribunales.

PREGUNTA: ¿Qué ofrece en sus "Desayunos" para competir a esa hora con las otras cadenas?RESPUESTA:

Los Desayunos los han hecho gente tan buena y tan bien que el primer objetivo es mantener lo que se ha hecho, estando todos los días en el pulso de la actualidad política y donde está la noticia. Y esto que se dice en una frase, luego es muy difícil.

Lo que nos planteamos es que, además de la seña de identidad de la entrevista en profundidad a un gran personaje de la vida política, intentar estar todos los días pegados a la actualidad en tiempo real.

P: Cambio de presentador y de escenario, porque su intención ha quedado claro desde el inicio...quiere salir más del plató.

R: La idea es estar en la calle, donde está la gente y donde se producen los debates, y eso es algo complicado porque prácticamente es como montar un programa especial de elecciones o de investidura.

Cuando sale el camión a la calle es un sobreesfuerzo para el equipo, pero quisimos arrancar así porque había tres escenarios donde había noticia en la calle: el Congreso de los Diputados, las elecciones gallegas y las vascas.

Arrancar así ha sido una especie de triple salto mortal con doble tirabuzón y la intención es seguir haciéndolo siempre que se pueda y sin volvernos locos. Ahora tenemos previsto estar en los premios Princesa de Asturias.

P: Cambio de presentador en Los Desayunos y en La Noche. Mucha gente se pregunta si era necesario un cambio a pesar de los buenos índices de audiencia que consiguió en La Noche. Usted creo que los triplicó.

R: Yo no sé si era necesario o no. A mí no me corresponde tomar esa decisión, pero lo que sí puedo decir es que en el momento en el que me plantean el asumir Los Desayunos me lo tomo como un enorme reto, igual que fue en su día La Noche en 24.

P: En estos momentos, en los que muchos analistas hablan de hartazgo de la sociedad de los políticos y la política, ¿cómo se puede modular un programa informativo para que tenga audiencia?

R: Si es verdad que vamos a terceras elecciones, no me puedo ni imaginar lo que vamos a cansar a la gente otra vez con otra campaña electoral, intentando explicar el programa de todos los partidos, pero contra eso no podemos luchar.

Si haces un programa de análisis político, mi objetivo es ofrecer todos los días a la gente cuantas más claves para que se forme su opinión. ¿Y a cuánta gente va a interesar?: hombre, a mí me importa la audiencia porque es fundamental y te debes a ella, pero tampoco puedes perder de vista que no tienes que hacer imposibles por atraer a la gente y llegar a cambiar el contenido, las entrevistas, los invitados por hacer un programa más atractivo.

Hay momentos de la vida en los que hay más interés por la política y otros menos, pero si vamos a terceras elecciones uno entiende que la gente está un poco harta. Es que a veces da la sensación de que estamos viviendo "el día de la marmota", que estamos en un permanente "Esperando a Godot", y si eso nos pasa a los periodistas, imagínate a los espectadores.

Pero aún así, hay que contarlo porque cada día se producen cosas nuevas, declaraciones, encuentros, giros inesperados como el que ha pasado la semana pasada con el PSOE, que esperábamos que pasara algo, pero no la que se ha montado.

P: ¿Por eso, ahora especialmente, será fundamental para usted dar las mayores claves para que el espectador se forme su opinión?

R: A pesar de que decimos que hay hartazgo, que lo hay, episodios como el otro día del sábado en la sede del PSOE demuestran que a la gente también le interesa. Es verdad que lo del otro día fue muy llamativo, pero la gente tiene interés cuando pasan cosas nuevas y hemos estado muchos días sin que pase nada nuevo y el espectador se cansa de la situación política.

P: ¿Que opina de las ruedas de prensa sin preguntas?

R: No me gustan porque me parece un poco injusto que a los periodistas nos busquen cuando quieren hablar y nos rehúyan cuando no les interesa, y no hablo solamente de los políticos.

Una rueda de prensa es una rueda de prensa y los periodistas preguntan. Lo otro no es una rueda de prensa, es una declaración televisada y se puede anunciar de otra manera.

P: ¿Cree que esa política informativa pasará factura a quien la practica?

R: Yo creo que por suerte cada vez ocurre menos porque cada vez hay más sensibilidad y se hace más difícil a los protagonistas, ya sean de la vida política o lo que sean, esconderse.

P: ¿Ha sopesado en alguna ocasión dejar la televisión pública para pasarse a la privada?

R: No. Yo entré en RTVE con 24 años de becario, llevo 16 y he pasado por todos los escenarios, con contrato en practicas, oposición. Creo en la televisión publica y por encima de todas las cosas en nuestra obligación de servicio público. Creo en este proyecto y estoy encantado de estar en esta empresa que me lo ha dado todo.

P: Pero ha tenido alguna oferta de alguna cadena privada?

R: No ha habido ninguna oferta en firme y no he tenido que plantearme nada, pero a uno le han engordado el ego en alguna ocasión.