Llegó con un aire de tía moderna, incluso progre, desenvuelta, vivaracha, lista, integradora. María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, recién elegida en el congreso nacional celebrado en Valencia, venía a simbolizar la nueva imagen de la derecha española. Del ´rajoysmo´ por contraposición al aznarismo. Pero es más de lo mismo. De lo mismo que en Andalucía condena al PP a la oposición. Cospedal ha estado esta semana en Sevilla presidiendo la Junta directiva regional. Y ha dicho que los andaluces si gobierna el PP ya no tendrán que emigrar. Esta aún no se ha enterado que somos incluso tierra de promisión desde hace muchos años. Y luego se la llevarían a comer pescaíto. Y para integrarse diría ´mi arma´ cuando se dirigiese a sus correligionarios locales. Y pediría un limpiabotas. Ele.

Cospedal ha hilado un discurso sobre la realidad andaluza como el de Ana Mato ("hay muchos niños andaluces analfabetos"), como el de Mayor Oreja ("En Andalucía, como en el País Vasco, hay miedo a votar al PP"), como el de Esperanza Aguirre hace poco en Málaga hablando de subdesarrollo; como el de tantos... El discurso de la periferia centralista y desinformada que cree poco menos que aún vamos vestidos de flamenco, que la fiesta es eterna, la siesta de varias horas y el PER lo cobramos todos. Tópicos que la derecha enarbola una y otra vez haciendo daño al otro PP, al moderno. Arenas ve cerca el Gobierno de la Junta pero cada vez que uno de los suyos con mando en plaza viene al Sur le hacen retroceder meses. Tal vez años. Puede que en Andalucía el Gobierno de Chaves tenga mucho de régimen, que lo tiene. Puede que no atemos los perros con longaniza, incluso que la longaniza sea un lujo para muchos y los perros no tengan pedigrí. Y hasta es ciertamente doloroso que pese a la pompa y propaganda que trata de ocultar la realidad, no despeguemos como penúltima comunidad española en casi todos los indicadores de desarrollo. Pero no somos Mozambique. La desinformación de los dirigentes del Partido Popular a la hora de hablar aquí de la realidad de aquí es pasmosa. O Cospedal no es tan lista.

En plena caló

Alcaldía realizó ayer un sondeíto entre el grupo municipal socialista para ver si a los concejales les venía mejor celebrar el pleno sobre el PGOU de Málaga en la primera o en la segunda quincena. Je. Lo mismo me da que me da lo mismo. O con el cuerpo de pre-Feria o con el cuerpo de post-Feria, con todo adormecido, agosto a plomo... Cuando se celebre ese pleno las alegaciones que caben luego son las que corresponden a las instituciones. O sea, las que están paradas pero bien paradas. O sea, el PGOU nos lo quieren meter con ´agostidad´ y no sabemos si alevosía. El PGOU de rondón. El documento que dibuja la ciudad para los restos. Nada menos. Y es raro, porque... no hay miedo al debate ni nada que ocultar, ¿no?