En un congreso del PSOE de principios de los años 80 participaba en la comisión de autonomías Anselmo Carretero, gran estudioso de los pueblos de España y defensor del modelo federal, que venía del exilio. Don Anselmo criticaba un mapa autonómico que a su juicio no tenía nada que ver con la formación histórica de los pueblos, pero nadie entendía al sabio, ni le hacía el menor caso. Aquel viejecito tampoco entendía nada de lo que allí se decía, ni de lo que estaba ocurriendo. Los jóvenes socialistas de aquel congreso, tan displicentes con Don Anselmo, son hoy los viejos socialistas que no entienden lo que pasa en el PSOE, y sufren la displicencia de los jóvenes. Las leyes del poder no son como las que rigen en el mundo intelectual, donde la veteranía del saber es un grado. Cuando una nueva generación toma el poder, la anterior sólo sirve para el relicario. Del viejo ni el consejo.