La vida está llena de preguntas que pueden parecer absurdas, pero que tienen su sentido. ¿Por qué nadie se despide en una película cuando hablan por teléfono? Se han fijado que todo el mundo cuelga sin un triste ´adiós´ o ´hasta luego´. Sólo en una ocasión pude ver que un personaje de una serie terminaba de hablar y se despedía de su interlocutor. Fue en la serie ´Dexter´ y el personaje era el protagonista, un asesino psicópata para más señas. Inquietante ejemplo. Parece que existe una especie de mala prensa de la despedida. Algunos tienen la manía de decir ´hasta luego´ aunque sepan que el ´luego´ puede ser dentro de meses o años. Eso es un ´luego´ demasiado amplio. El argumento para justificar esa costumbre es que un ´adiós´ es demasiado cortante. Parece casi una despedida definitiva. Cada vez tememos más lo definitivo. Los finales, siempre que no sean felices. Un final feliz en el cine es el que no termina. Es la promesa, no mostrada, de una historia que continúa sin problemas y sin dolor. No hay despedidas. Hay compañía. Los finales tristes conllevan, invariablemente, una pérdida o una derrota. Acaban ahí. Con un ´adiós´. No tienen continuidad. Y sin embargo, todos vivimos finales tristes que siempre son el principio de otro día. A lo mejor alegre. Es algo consustancial a la vida. La pérdida es tan común como la respiración. Los finales felices, los cinematográficos, no existen. Es sólo una muesca más en vidas con muchas marcas. Además, hay que despedirse para encontrarse. Adiós... y hola.