¡Ha sido un milagro!

Han sido las primeras palabras que Ingrid Betancourt pronunció tras su liberación. "Me van a permitir que primero le de gracias a Dios y a La Virgen. Tenía la esperanza que pronto sería liberada, esta mañana recé el rosario y me encomendé a Dios". Luego también agradeceros a todos los que habéis rezado por mí.

"Ahora espero con ilusión la liberación de todos los secuestrados, no podemos perder la esperanza".

El ejemplo de fe que ella misma daba en esos sobrecogedores momentos, han sido el testimonio que desde muy joven siguió de su madre, que se ocupó de defender a los pobres frente a las injusticias sociales.

Pueden ser éstos unos de los motivos por los que sintió la vocación de entrar en política como compromiso moral.

Ahora serán sus hijos los que recojan tan preciado ejemplo de esta madre, que ha pasado 6 años sin verlos.

¡A disfrutar de los tuyos, Ingrid! Y que siempre te acompañe esa gran fortaleza.

Ana Carmen Trujillano

Málaga