Agradecimiento

Gracias por haber publicado el escrito que envié hace varios días en la sección ´Cartas al director´. Tal escrito ha tenido repercusión y es por ello que quisiera rogarles que si fuera posible se publicara una fe de erratas cometido por mí mismo, dado que en un momento dado me refiero a: ´algunos´ funcionarios ´han pensado que es un convenio...´, cuando en realidad debería haber dicho, ´algunos políticos´.

Este particular me lo han hecho ver varios funcionarios de Mijas, los cuales tienen razón. Dándoles las gracias por anticipado, reciban un atento saludo.

A. Nozal

Presidente y portavoz del PP de Mijas

Las víctimas del genocidio del hambre

Hace pocos días, volvimos a recibir en nuestras costas a las víctimas del genocidio del hambre, que la falta de voluntad política, el afán de ganancia exclusiva y la sed de poder están perpetrando en África y en los demás países empobrecidos todos los días.

El presidente del Gobierno corrió a declarar que hay que aumentar las ayudas, que España se va a convertir en algo así como un líder mundial en la ayuda al desarrollo.

Curioso. El mayor vendedor de armas a África se pone ahora la piel de cordero. Al que ordenó subir varios metros la alambrada electrificada de Melilla, le vuelve a convenir echar mano de forma populachera del rédito histórico conseguido en su día por cientos de militantes de lo que fue un partido socialista y obrero, antes de irse de vacaciones durante el franquismo. Uno de los dirigentes del sistema de vigilancia de fronteras (FRONTEX), o lo que es lo mismo, barcos, helicópteros y radares contra los empobrecidos, quiere volver a sacar la ya raída pancarta del no a la guerra para disfrazarse con una solidaridad superficial y políticamente correcta. La historia de su partido es una leve muestra de que los empobrecidos nunca han pedido ayudas, sino justicia, cambios estructurales, promoción y, por supuesto, revolución, radicalmente, o sea yendo a la raíz, nada políticamente correcto. Benedicto XVI le decía a la FAO: el hambre y la malnutrición son inaceptables en un mundo que, en realidad, dispone de niveles de producción, de recursos y de conocimientos suficientes para acabar con estos dramas y con sus consecuencias.

José Manuel Cidre Mascato

Málaga