Tengo la impresión de que no le van demasiado bien las cosas al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en estas horas en las que se celebran (es un decir) los cien primeros días del ´nuevo´ Gobierno del PSOE en esta segunda legislatura de su mandato. A la crisis económica, que cada día arroja datos preocupantes sobre la mesa de los analistas y sobre el bolsillo de los ciudadanos, se une ahora la ´campaña veraniega´ iniciada este domingo por ETA en Cantabria. Se confirman los peores temores de los hombres de Pérez Rubalcaba: en este mes de agosto corremos el riesgo de sufrir una gran agitación producida por el terrorismo etarra, que trata de aprovechar para sus particulares fines el malestar político que el lehendakari Ibarretxe va diseminando tras el revés, tan previsible, sufrido por su proyecto de ´consulta soberanista´.

Rodríguez Zapatero hablaba este domingo en la sesión de clausura del congreso del Partit Socialista de Catalunya conociendo ya que, pocos minutos antes, mediodía, estallaba un artefacto en la playa de Laredo, afortunadamente sin producir víctimas. Luego, estallarían otras bombas en Noja (dos) y una más de nuevo en Laredo, también sin causar más daños que el susto y con una inequívoca voluntad de perjudicar al turismo de la Comunidad vecina a Euskadi. Horas antes, de madrugada, otro artefacto de escasa potencia estallaba en una entidad bancaria de Getxo (Vizcaya), anunciando, por si hiciera falta, que este año ETA no se tomará vacaciones.

En estas condiciones, no resulta extraño que miembros del Gobierno se muestren muy aprensivos acerca de la tranquilidad amenazada ante unas vacaciones agosteñas que ya venían marcadas por el pesimismo ciudadano sobre la situación económica. Pero, ahora, cuando este martes Zapatero se reúna con algunos miles de sus fieles para conmemorar esos míticos cien primeros días de su segunda etapa en el poder, ya no será la economía el único punto a abordar para calmar los ánimos de la ciudadanía. Todo indica que vamos a vivir un verano de agitación política y de actividad terrorista (dos cosas, desde luego, diferentes, pero lamentablemente colindantes) en el País Vasco. Y, acaso, en otras zonas costeras españolas (los terroristas han empezado por Cantabria, pero pudieran extender sus siniestras actividades a otros puntos en el Mediterráneo, creen fuentes policiales).

Así que el temario del encuentro entre Zapatero y Mariano Rajoy el miércoles en La Moncloa va a ser presumiblemente amplio. La búsqueda de pactos entre los dos principales partidos de España es un hecho, y así lo dieron a entender tanto el uno como el otro en sus respectivas intervenciones públicas de este domingo. Se llegará a un acuerdo para la reforma, inaplazable, de la justicia. Pero puede que las cosas no se limiten a esta materia: hablarán de economía (al día siguiente, ZP ha convocado en el palacio presidencial a algunos de los principales economistas del país), de inmigración y de lucha contra el terrorismo, aspecto este último que, lamentablemente, ya vemos que vuelve a ocupar los primeros lugares en la tabla de preocupaciones de los españoles.

Puede, dicen algunas fuentes, que incluso aborden un posible pacto de gobierno en Euskadi si las elecciones autonómicas, tras la frustrada ´consulta soberanista´ de Ibarretxe, no dan nuevamente la victoria al Partido Nacionalista Vasco. Así que atención esta semana a esa ´cumbre´ en La Moncloa, a la que ZP llega ya con un considerable desgaste en estos cien primeros días, y a las que, por el contrario, un antes debilitado Rajoy acude con un cierto restablecimiento de su liderazgo interno. Va a ser, qué duda cabe, un encuentro muy interesante, porque la situación, lamentablemente, se está calentando.