Hará de ello prácticamente dos meses, unos días antes de que Miguel Ángel Heredia confirmara oficialmente que concurriría a la secretaría general del PSOE en Málaga. Marisa Bustinduy acababa de comunicar a la militancia y cargos su retiro al frente del partido. Les hablábamos entonces de la generación de los 30, la meta que se había impuesto un grupo de socialistas del entorno de Heredia con idea de dar en la formación el necesario relevo generacional que pudiera garantizar un proyecto estable, capaz de cubrir el corto, el medio y el largo plazo.

Pues aquella idea casi romántica ya es estadística. Ha cristalizado. Un 70% de los nuevos miembros de la ejecutiva tiene menos de 40 años. Varios clanes desaparecen del organigrama provincial, lo que, en principio, como decimos, no es más que pura estadística que ahora hay que validar con trabajo. Hay muchas cosas que levantar en el PSOE malagueño, que esta tarde podría celebrar la primera ejecutiva de la nueva era. Incluso ayer, con la resaca del largo congreso del sábado (largo por el congreso en sí y por la hiperbólica campaña previa), hubo algunas reuniones de trabajo. La idea es iniciar el curso político en septiembre al máximo, para lo que hay que hacer algo así como lo que en términos deportivos sería una pretemporada.

No había que ser un sesudo analista político para conocer quién iba a salir vencedor el sábado, si el proyecto alternativo comandado por Fernando Arcas o el oficialista de Miguel Ángel Heredia. Lo curioso al final (ironías de las etiquetas) es que los oficialistas, que se supone que representan el poder establecido, tan sólo han integrado en el equipo a cuatro miembros de la anterior etapa (Heredia incluido). Se ha hecho, como diría aquel, un cambio tranquilo, profundamente transformador, pero sin abrir heridas ni ´despedir´ a nadie.

Heredia, que aprendió política de algunos pesos pesados de la historia del socialismo malagueño y andaluz, dio un hábil golpe de efecto al convencer a la ministra Magdalena Álvarez para que ocupe la presidencia. El proyecto llevaba dos meses prácticamente fraguado y se llevó con total cautela. Sólo lo sabían José Luis Rodríguez Zapatero (tanto él como la secretaria federal de Organización, Leire Pajín, y el vicesecretario andaluz, Luis Pizarro, telefonearon al ganador para felicitarle), José Andrés Torres Mora, y, lógicamente, la propia interesada.

La otra maniobra hábil fue la de situar de vicesecretario provincial a Bernardino León Gross, hombre de brillante perfil, diplomático de carrera, ex secretario de Exteriores y actualmente al mando del gabinete de ZP con rango de nuevo de secretario de Estado. En ambos casos, Heredia ha pretendido vender gestión, eficacia y, de paso, blindarse un poco. A ver quién es el osado que ahora entra a degüello con alguna crítica.

Precisamente será ésa una de las incógnitas que se plantean a partir de ahora. ¿El movimiento crítico muere aquí?, ¿descansará para luego renacer? Habrá que esperar para comprobarlo.

En cuanto a los nombres destacados, sobresale el de Francisco Conejo, profundo conocedor de los mecanismos internos y políticos del partido en la provincia, un dominador de la carpintería interna. Será secretario de Organización. La mano derecha de Heredia, vamos. Conejo que se inició muy joven en política ya ostentó este puesto durante uno de los mandatos de José Asenjo.

Otros nombres destacados son los de Susana Radío, portavoz del PSOE en Marbella (ocupará la secretaría de Relaciones Institucionales) y José Luis Ruiz Espejo (llevará Política Municipal y es teniente de alcalde en Antequera).

Por cierto, que Francis Paniagua, que será secretario de Comunicación (puesto que antes tenía Heredia) jurará el cargo como concejal en el Ayuntamiento de Málaga el miércoles.