Aunque algunos no las manden, las crisis económicas carecen de piedad hasta con los políticos que nos mandan. Los sondeos más recientes muestran que el PSOE ha perdido, en menos que canta un gallo un concursante de ´Operación triunfo´, toda la ventaja en intención de voto sobre el PP que llevaba manteniendo desde hace un lustro. También por vez primera desde que ocupa la presidencia de nuestro Gobierno, Zapatero no es hoy el político más valorado por los españoles, quienes han aupado a ese trono simbólico a Alberto Ruiz-Gallardón. De Madrid al cielo o al infierno, según sople el viento financiero. Como el actual tiene aire de huracán, ya veremos con qué velocidad máxima, la gente que tiene dificultades para llenar los depósitos de sus varios coches señala con el dedo acusador a quien no tiene ninguna dificultad en ello, mayormente porque va en coche oficial. Toíto te lo consiento menos faltarle a mi Mari el euro para la gasolina. Cabe subrayar que la situación económica está logrando lo que no lograron Aguirre, Acebes y Zaplana queriéndolo, y ni siquiera Carmen Calvo sin quererlo. Se ve que esta crisis es algo más avispada que los cuatro juntos.

No se precisa haber leído ´La Odisea´, con sus golosamente indecentes sirenas y todo, para actuar de un modo similar a la decentísima Penélope en la suya, que no fue chica. Me refiero a que el gran pueblo español teje y desteje sus votos según vaya su economía. Otras consideraciones no sólo parecen traerle al pairo, sino que le traen al pairo, pues está archidemostrado que aquí se piensa con el bolsillo. ¿Justicia poética? ¿Justicia política? Una constante histórica, sin duda, ahora que tenemos en España una ley que trata de la memoria y la justicia, mediante la cual el ayuntamiento de Sevilla, por unanimidad de los grupos políticos que lo conforman, cambió el nombre de 40 calles con referencias franquistas y retiró el título de Hijo Adoptivo a Gonzalo Queipo de Llano. El general recibió la distinción en 1937, en pleno alzamiento militar, y estuvo implicado en dos centros de reclutamiento del que cada día salían muchas personas para ser fusiladas. Es obvio que, en tiempos de paz, el título honorífico le viene moralmente muy grande, enorme, a Queipo, y hacen tan bien en quitárselo ahora como otros hicimos en quitar el póster del Che cuando supimos que mandaba en las fortalezas habaneras de La Cabaña y el Morro, donde también se encarceló y fusiló a ciudadanos que no apoyaron la revolución castrista.

Las leyes están para ser aplicadas en los países democráticos. De ahí que otro gusano, apellidado De Juana Chaos, pueda el mes que viene residir libremente en la misma calle donde malviven cinco víctimas suyas. Tal vez haya entonces que cambiar con urgencia ciertas leyes, y después cambiar los nombres de ciertas calles. Elucubro con el destino de la mía en Málaga, que lleva el nombre de un santo hacendoso y sin mácula. Dios no permita que le descubran un pecadillo, siquiera venial, y me la cambien de nombre, con el trastorno postal que me supondría. Desde luego que, salvo que el cambio le costara dinero al vecindario, nadie iba a protestar. En ese sentido, y a tenor de los últimos sondeos del rellano, mi cargo de presidente de la comunidad está todavía a salvo, así como se mantiene impoluta mi valoración entre los vecinos. Dame pan y dime pueblo.