La humanidad cree que la guerra es una patología, pero forma parte de su naturaleza. La idea misma de humanidad descansa en esa falsa creencia, que divide el espíritu humano en dos partes, una benéfica y otra maléfica. Como esas dos partes convivirían mal en un mismo cuerpo, la humanidad coloca una y otra partes en distintos periodos de la historia. A la más terrible guerra de los tiempos, que ocupa el periodo 1939-1945, le sigue un largo periodo de paz humanitaria, construido sobre las tumbas del anterior. De aquel gran cataclismo, y de los cambios que produjo en fronteras y mapas, vienen retumbos o réplicas, como la guerra serbobosnia de mediados de los 90. Aunque toda guerra es criminal, a veces aflora el mal con especial malignidad, y la humanidad debe azotar a los malos más malos, como Karadzic. Es un rito justo, y en todo caso necesario para mantener la idea de humanidad.