Tras ciento y pico días de la renovación de su contrato, a Zapatero lo han condenado la opinión pública y la publicada, debido a la crisis económica. Ahora bien, la condena ¿es por la crisis en sí o por el negacionismo de Zapatero? No es cosa banal, pues la gente tiene derecho a saber si el delegado de curso que ha puesto en Moncloa es un negacionista. Aunque haya clases y grados de negacionismo (y no se puede comparar, claro, a un negacionista del genocidio judío con uno de la evolución de las especies, el cambio climático o la crisis económica) lo común a todos es una terquedad en cuestionar lo evidente, un rechazo a ver lo que está ahí, hasta un disfrute en ir contra corriente. También es cierto que hay negacionistas visionarios (ven lo que otros no ven) pero si fuera el caso de Zapatero estaríamos más preocupados aún. ¿Exigirá este asunto una comisión de investigación?.