En vísperas electorales, las encuestas las pagan los periódicos, pero las carga el Diablo. De hacer caso a tres de las publicadas durante el fin de semana, el PP ganará las elecciones que se celebrarán el próximo domingo. Un cuarto sondeo da a los populares un empate con el PSOE. Éste último estudio ha sido realizado por el equipo que dirige el sociólogo Julián Santamaría, antiguo embajador de España en Washington.

Hace cinco años, en una encuesta publicada una semana antes de las elecciones –y, por lo tanto, anterior a los atentados del 11 de Marzo–, Santamaría pronosticó la victoria de Rodríguez Zapatero. Acertó, contra el pronóstico por aquel entonces predominante que apuntaba el triunfo de Mariano Rajoy. No es más que un dato, pero tengo para mí que deberían tenerlo en cuenta quienes se dejan llevar por las apariencias. Es verdad que el Gobierno está bajo mínimos, desnortado ante la magnitud y el calado de la crisis económica.

Con cuatro millones de parados, el mayor déficit que se recuerda y con ministros abrasados en términos de simpatía popular. Todo eso es cierto. Pero, también lo es que si en un momento como éste, toda la ventaja que logra obtener el PP son dos puntos –un margen que los sociólogos equiparan al de error que aparejan todas las encuestas–, tengo para mí que quienes deberían tomar buena nota son los dirigentes del PP, porque al final va a resultar que quien de verdad se la juega el próximo domingo no es Zapatero. Es Rajoy. Ya digo, ojo con las encuestas porque las carga el Diablo.