Por fin, mira que me ha costado. Antes era más fácil, sólo había que ocuparse de la paridad. Pero ahora la he tenido que mandar a hacer puñetas con tantas siglas, sensibilidades y territorios. A ver si Gertru me pasa a limpio la lista y me da tiempo a dar la rueda de prensa diez minutos antes del consejo de ministros: como a mí me gusta, con sorpresa, bonhomía, sensatez, talante y gestualidad del Bierzo. Presidente del Gobierno, yo mismo (¡qué gracia!), vicepresidente único y aúlico y ministro de la Presidencia, Pepe Blanco, mi fiel amigo. En Exteriores que siga Moratinos, por ahora y que Bernardino siga tirándome de la pernera. Rubalcaba no se mueve de Interior: imprescindible y controlado. La gallega Espinosa también debe continuar por tierra, mar y aire. A Chacón la necesito en Cataluña: Inés Sabanés de IU lo hará bien con los milicos, en todo caso está Tino controlando. En Justicia, Margarita Uría (PNV). Rodrigo Rato (PP) que se haga cargo de Economía (ya veremos a que Oliart encontramos para CajaMadrid) y Toni Castells (PSC) de Hacienda. Artur Mas (CiU) ministro de Fomento y Vivienda: qué favores le estoy haciendo a Montilla, rediós. Gabilondo (Iñaki no, coño, Ángel) sigue en Educación y a Ramón Jaúregui me lo traigo de Bruselas para que arregle los desastres de Corbacho. Lo siento Miguel y lo siento Griñán, pero quiero a Rosa Aguilar en Industria. Para Administraciones Públicas, Antonio Basagoiti (PP) y para Cultura, Carod-Rovira (ERC), que es muy leído (Montilla: sustituye a la Moreneta por una efigie ZP). Trini en Sanidad lo va a seguir haciendo bien, teniendo en cuenta lo que tiene que hacer. Y como secretaria de estado de Comunicación y portavoz del Gobierno, Uxue Barcos (Nafarroa Bai). Esto superará a la transición, al consenso, a la memoria histórica, al felipismo (qué obsesión la mía), al Barça y a los grandes expresos europeos. Soy genial.