Imprevisible Bambi. Vagaba noqueado por el cuadrilátero, manteniéndose en pié a duras penas, y de pronto le ha soltado un derechazo tremendo a la fuerza del destino a la que parecía haberse rendido. No entrega el alma fácilmente este duro leonés, y ahora Rajoy está obligado a jugar fuerte, para mantener el tipo sobre el ring. ¿Acaba de perder Zapatero las elecciones? ¿O acaba de ganarlas? Todo dependerá de si sabe o no gestionar el terremoto que ha provocado, pues, como ya se ha dicho aquí, en la administración de situaciones límite se acredita o se pierde el gobernante. ¿Logrará convencer a la nación de la necesidad de tamaña cirugía, que pone en crisis, de cabo a rabo, el anterior discurso del Gobierno? La clave estará, creo, en que, haciendo cuentas, se demuestre la justicia del nuevo reparto del peso de la crisis. A primera vista, y si no hay más, no parece fácil.