Una de las consideraciones más importantes a realizar sobre la naturaleza de las cosas es la que afecta a su utilidad y valía: el famoso «¿esto para qué sirve?». En el caso de las personas valoramos su capacidad para beneficiar a los que les rodean, mejorando la vida al mayor número de personas posibles. También esta idea de utilidad podemos extenderla a la sociedad y sus instituciones, y a la capacidad de desarrollar proyectos de una forma coordinada, ambiciosa, y solvente.

Llevo días sin conseguir no pensar en los distintos planes del Puerto de Málaga, que como temporales de levante nos azotan periódicamente, para luego recuperar una suerte de mansedumbre administrativa, que intranquiliza más que cuando hay debate público. Ya van cinco Planes del Puerto, desde el primero de 1998. Dicen que no hay quinto malo, y esto dependerá en parte de cómo contestemos a la pregunta ¿para qué sirve la esquina del Muelle 1? Pocos dirían «de supermercado», del mismo modo que pocos colocarían el frigorífico en el salón de sus casas.

El Puerto de Málaga es una puerta a la ciudad, y su espacio nos representa a todos. No debería ser un supermercado el uso que mejor nos represente. El uso del Puerto mostrará tanto los valores culturales, arquitectónicos o económicos de su Plan como la capacidad de las instituciones y la sociedad malagueña durante la gestión y aceptación del mismo. El siglo pasado, Rudolf Carnap encabezó en Viena el Círculo de Positivistas Lógicos, cuya escuela practicaba una rigurosa lógica empírica basada en la doctrina de que todo conocimiento se deriva de la experiencia inmediata; algo así como que «la primera impresión es la que cuenta». Y es que a veces, hay cosas evidentes sin una reflexión sesuda; basta un golpe en el estómago, un «pensar con las tripas» unamuniano; y esto sucede cada vez que volvemos a oír que un «Súper irá en el Puerto de Málaga». No, por favor. Aunque de avanzar esta propuesta siempre podríamos levantar barbilla y tirar de orgullo por ser la primera ciudad española con un supermercado alimenticio en el Puerto, para promover entre los visitantes la cultura gastronómica del sur. Esperemos que no.