Uff! al menos la Selección nos ha dado una alegría para poder seguir tirando. Si con la que está cayendo pierde la Selección la depresión colectiva habría aumentado. Sí, esa depresión que nuestro presidente de Gobierno niega que exista. Pero haberla, haila. La Selección de Del Bosque jugó bien, con ganas, mucho mejor que en los partidos anteriores. De ahí que la alegría sea doble, porque el triunfo sobre Portugal no ha sido de chiripa, sino ganado concienzudamente. No crean que trato de esquivar el análisis político distrayendo su atención con las cosas del fútbol, es que creo sinceramente que cuando en un país todo son malas noticias, que la Selección de fútbol nos regale ilusión es algo impagable. Y es que no quiero ni pensar lo que estaríamos diciendo todos si la Roja hubiera perdido. Perder cuando el viento sopla a favor es menos doloroso, pero perder cuando sólo se vislumbra un futuro cargado de nubarrones es mucho peor. De manera que mientras la Selección se prepara para, el próximo sábado, enfrentarse a Paraguay, la clase política continúa haciendo filigranas dialécticas a cuenta del fallo del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de autonomía catalán.

Tengo que confesar que me sorprende la falta de pudor con que los partidos catalanes han decidido plantar cara al fallo del Estatuto. Aunque han salvado los muebles, aún les parece poco y el anuncio de esa manifestación el próximo 10 de julio para decir alto y fuerte que son una nación, resulta todo un despropósito. En un país democrático las decisiones de los tribunales se acatan. Se pueden criticar, ¡faltaría más!, pero se acatan. Pero los nacionalistas nunca dan un paso atrás y siempre echan el mismo órdago: o las cosas son como ellos quieren o plantean un volver a empezar. En mi opinión, el PSOE, o mejor dicho este PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, tiene una inmensa responsabilidad en haber abierto el melón estatutario dando lugar a un Estatuto como el catalán que es un paso más en la dirección de que un día España deje de ser un Estado autonómico para convertirse en el mejor de los casos en un Estado confederal. Un camino en el que los partidos nacionalistas llevan al resto del ronzal.

Lo peor es que los ciudadanos vamos a tener que asistir en los próximos meses a unas cuantas sesiones de teatro. Veremos a José Montilla diciendo que el fallo del Constitucional no puede poner freno a las ansias de los catalanes. Escucharemos a los dirigentes de Esquerra blandir el santo y seña de la independencia. Y CiU, para no ser menos, también se pondrá en cabeza. El PP, por su parte, dice sentirse satisfecho del resultado del fallo del Constitucional, pero tampoco quiere lanzar las campanas al vuelo. Todos los partidos están pensando en las elecciones autonómicas, porque si un defecto tiene nuestra clase política es que sólo piensa en el corto plazo, en ganar elecciones, sin importarles demasiado todo lo demás. Así que nos desayunamos por una parte con el triunfo de la Selección, al tiempo que nos anuncian que los partidos catalanes están dispuestos al conflicto institucional. Poco parece importarles a los dirigentes políticos de los partidos catalanes la crisis económica, los problemas reales de los ciudadanos. Ellos tienen un objetivo y quieren caminar hacia ese objetivo caiga quien caiga, aunque pongan en jaque a todo el país. En política hay melones que es mejor no abrir porque son imprevisibles las consecuencias. La política autonómica y territorial del presidente Zapatero ha sido un continuo ejercicio de irresponsabilidad. Bastantes filigranas tuvieron que hacer las Cortes constituyentes para elaborar el Título VIII de la Constitución como para abrir dicho Título en canal como se ha hecho sin medir las consecuencias.

Dentro de unos días asistiremos al debate sobre el estado de la Nación. Será todo un espectáculo, aunque no vibremos con el debate como lo hacemos con la Selección, pero merecerá la pena escuchar a los unos y a los otros para saber qué nos depara el futuro inmediato, un futuro, en el que sólo la Roja nos puede sacudir de la depresión.

¡Ojalá ganen a Paraguay! No saben nuestros futbolistas cuánto necesitamos su triunfo.