Ambiciones enfermizas

Como ahora me cierran la biblioteca por las tardes estoy leyendo libros que tengo en mi casa. Hace unos días empecé Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea: hacia una Sociedad Sana de Erich Fromm,sociólogo, psicoanalista y humanista. Es de 1955, pero tiene plena vigencia. El profesor analiza la difícil defensa que tienen las personas con espíritu crítico ante el deseo de control del Estado y de la sociedad en general que se empeña en ser «felices» y mantener sus miserias. Para conseguirlo no se debe dejar un momento al individuo reflexionar y hay que tenerlo entretenido con vidas de famosos, fútbol y otras drogas duras.

En una sociedad así estructurada quien osa pensar por sí misma es un peligro y provoca incomodo a la mediocridad general porque pone en evidencia sus carencias mientras todo el mundo únicamente está preocupado por darle la espalda a los problemas. Fromm, en otro de sus libros, El Miedo a la Libertad, todo un clásico en Sociología, planteaba que el capitalismo fue degenerando poco a poco por el ansia sin límites de sus pocos beneficiarios de acumular dinero y poder. Manuel Salvador Bastazo Navarrete. Málaga

Marketing equivocado

No deja de sorprenderme la facilidad con la que se tira por tierra los esfuerzos por cambiar la imagen de nuestra provincia. Por un lado, hablamos de la necesidad de modernizar el turismo y, por otro, seguimos anclados en la postal folclórica de hace sesenta años. Leo con estupefacción en este periódico que la llegada de Ryanair al Aeropuerto de Málaga, donde, al parecer, operarán muchas rutas a partir de ahora, estuvo precedida por una panda de verdiales-y cito textualmente- a cargo del Patronato de Turismo de la Costa del Sol. Personalmente, nunca he tenido nada en contra de los verdiales. Diría, incluso, que me gustan, pero la conjunción es tremenda. En estas cosas se nota la mano de Salvador Pendón.

Una imagen, como dicen, vale más que mil palabras. Para el Patronato, seguimos en los años en los que nuestros trabajadores bailaban y cantaban a cambio del suelto de los extranjeros. Insisto en que me parece digno ganarse la vida así, pero, en términos de marketing, el resultado no puede ser peor. La Málaga moderna, a juzgar por la foto, quiere que la sigan observando como la tierra de la gitana y el toro. La España de charanga y pandereta, que decía don Antonio Machado. Luego hablarán de sexta modernización y de turismo de calidad, claro, pero parece que no hay mejor reclamo para la Costa del Sol que las banderitas y los bailes. Por cierto que la bandera que portaba la panda de verdiales era de Gran Bretaña. Que yo sepa, Ryanair es una compañía irlandesa. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Americanos os recibimos con alegría? ¿La bandera de Colombia y las bandas de cornetas y tambores para dar la bienvenida a los cruceros del Panamá? Así no, señor Pendón, así no hay quien se lo crea. Mayte Fuentes Villaverde. Málaga