Algo pasa. Me he perdido. Cuesta saber en qué cadena estás, cómo se llama lo que ves. Es la misma cadena. El mismo programa. La misma idea. Si ves al gentío correr detrás de un toro, si ves a dos jinetes galopando por las calles del pueblo, o jugando al dado en grupos de cinco, diez, o quince, y resulta que eso es el juego de la taba, si ves a la peña con cutres trajes de raso, y extravagantes pañuelos, y ves carrozas desde las que alguien lanza al aire juguetes de almacén de chinos, y luego queman un espantajo y hay quien llora porque la sardina no arderá hasta el año que viene, o ves que se queman miles de kilos de pólvora, y jóvenes y ancianos, y hombres y mujeres se disfrazan de cristianos y de moros, y alzan la bota, y dicen burradas ante la cámara, y enseñan el culo bajándose los calzones, y se tocan guitarras, o gaitas, o panderetas, coño, esto es una fiesta.

Eso puede ser Fiesta, fiesta, pero también Las fiestas de mi pueblo, y podría ser Cuatro, pero también La Sexta, y cuando ves la tumbona, y la crema, y la neverita, y la vecina sin complejos que se baja la tetera y mueve el culo, o el señor un poco piripi que le da un pico a su santa y luego se mea de la risa, incluso puede mearse de verdad si ve que el ojo de la cámara lo sigue, o nos meten en reservados entre parterres y hamacas con tela de hilo, y hay bigardos de mucho pectoral pendiente de tus deseos, y el daiquiri corre hasta el alba, y se descorchan botellas de champán con denominación de origen, o nos montan en veleros exclusivos y nos sirven marisco fresquísimo y levantan las copas heladas y nos saludan los ricachones, coño, eso es Ola, ola, pero también Arena mix, y por supuesto Summertime, o un Callejeros sin ideas. Todas con el mismo verso.