Dejando a un lado a algunos infractores habituales, que por alguna razón se las arreglan para seguir pisando la carretera, la mayoría de la gente que tiene coche de gama alta no suele pasar del límite a partir del cual le quitan puntos, lo cual haría incomprensible que pague un dineral por la montura. La explicación reside justo en eso, en que como cuesta un dineral su tenencia demuestra que se lo pueden permitir. Hace ya mucho que el coche ha dejado de ser un artículo de utilidad y se ha convertido en la vestimenta que sustituye al ropaje, lo que a su vez explica que también hace mucho la industria textil cediera su antigua hegemonía en favor de la del automóvil.

Como, en realidad, por viajar un 10% más despacio no se llega más tarde a ninguna parte, y, sobre todo, no le obligan a nadie a vestir un coche más barato, no hay razón para cabrearse más de lo que ya estemos.