A comienzos del presente año, Wikipedia ha conmemorado el décimo aniversario de su nacimiento. Con un inventario de 17 millones de artículos (más de 700.000 en español) y 400 millones de usuarios mensualmente, sus registros son abrumadores. Como suele ser habitual ante la celebración de una efeméride significativa, no han faltado análisis que se han centrado en el modelo organizativo, sus bondades y posibles deficiencias o su sostenibilidad. Haber logrado atraer la atención como objeto de estudio es ya un indicio de la relevancia y la notoriedad adquiridas por este sorprendente y exitoso proyecto de difusión del conocimiento. Sin pretender abordar la amplia gama de cuestiones de interés que se suscitan, este artículo tiene como objeto simplemente realizar algunas reflexiones desde la perspectiva del análisis económico.

Quizás no sea una mala idea hacerlo partiendo de las enseñanzas de una de las grandes figuras del pensamiento económico, como es John Stuart Mill. Particularmente conocida es la conclusión expuesta, hace más de 160 años, en sus Principios de Economía Política (1848), en el sentido de que «incumbe al gobierno construir y sostener faros para la seguridad de la navegación, puesto que siendo imposible que se obligue a pagar una tasa a los barcos que los utilizan, ningún particular construiría faros por motivos de interés personal, a menos que se le indemnizara y se le recompensara con un impuesto obligatorio recaudado por el Estado».

Desde entonces, el «problema del faro» ha venido iluminando el análisis de los servicios de carácter colectivo puro, esto es, aquéllos que pueden ser utilizados simultáneamente por muchas personas, sin posibilidad de excluir a ninguna. El suministro de tales servicios por el mercado se encuentra con el problema de que tiende a prevalecer el comportamiento del denominado free rider (pasajero sin billete, polizón o, más popularmente, gorrón): nadie está dispuesto a pagar por un servicio si sabe que, una vez que esté disponible, podrá disfrutarlo gratuitamente. Como señalaba el gran economista británico, no habría empresarios motivados a ofertar tales servicios por interés personal sin recibir una compensación.

La revolución tecnológica de internet ha convertido la información en un servicio colectivo potencialmente universal. Trazando un paralelismo evidente, cabría esperar que nadie estuviese inclinado a construir faros de conocimiento con los que iluminar a los navegantes que surquen los inconmensurables océanos de internet. Sin embargo, paradójicamente, el proyecto Wikipedia, autodefinido «como un esfuerzo colaborativo por crear una enciclopedia gratis, libre y accesible por todos», con su espectacular desarrollo, ha venido a romper algunos esquemas. A este respecto, el semanario The Economist lo destacaba recientemente como «el ejemplo más llamativo de la idea de que una serie de voluntarios trabajando juntos online pueden producir colectivamente algo valioso».

A pesar de lo señalado, el ejemplo de la enciclopedia libre no constituye el primer desafío a la doctrina económica del «problema del faro». Hace tiempo, algunos estudiosos habían señalado que históricamente han existido faros promovidos directamente por el sector privado. Ahora bien, a algunos propietarios se les había concedido previamente el derecho a cobrar un canon por atracar en los puertos de las cercanías. Por otro lado, a operarios importantes les puede compensar dotar un servicio esencial para sus propias actividades aun sabiendo que va a ser parasitado por otros usuarios.

No parece que ninguno de estos argumentos sea de aplicación al caso de la Wikipedia, que aglutina a un amplio conjunto de personas motivadas exclusivamente por la recompensa de contribuir a incrementar la base y la extensión del conocimiento. Salvando las distancias, hay otros proyectos en marcha, de mucha menor escala (como el de Edufinet, centrado en la educación financiera), que funcionan bajo esquemas similares. Y cada día surgen nuevas iniciativas que vocacionalmente se apartan de las reglas mercantiles, como la del Instituto Econospérides, cuya finalidad es la gestión del conocimiento económico.

Con todas las matizaciones que se quiera, lo cierto es que el fenómeno de la Wikipedia implica un serio desafío a algunas de las conclusiones de la teoría económica convencional, cuya adecuada explicación requiere tener en cuenta otros factores. Al margen del hecho no desdeñable de que se trata de actividades espontáneas de las que no depende el sustento económico de sus artífices, un lugar muy destacado lo ocupa la importancia que pueden alcanzar las retribuciones intangibles. Parece claro que el análisis económico precisa incorporar algunas acepciones como contrapunto a los «viajeros sin billete». Frente a los free riders, los free drivers («conductores no retribuidos»), como oferentes altruistas, como fareros voluntarios, han emergido con ímpetu en el laberinto de internet.