Tres pueblos se dice que se disputan el origen de la Virgen de Caños Santos, bueno se dice no, me lo dice Pedro, maestro jubilado, vecino de Cañete la Real y un gran anfitrión de la localidad: dice que no está claro de qué pueblo es el origen del pastor que encontró la Virgen y un estudio de Juan Antonio del Río Cabeza y Francisco Siles lo corrobora.

Olvera, Alcalá del Valle y Cañete la Real tienen distintos motivos para ser originarios de la devoción a la Virgen de Caños Santos, la que da nombre en Málaga a muchas mujeres. Más allá de las devociones religiosas locales Cañete la Real te invita a ver el mundo de otra manera, aunque estoy seguro de que cualquier pueblo del interior de nuestra provincia lo consigue.

En la ciudad nos enfrascamos en densos seminarios y congresos sobre cómo vivir mejor y más tranquilamente e incluso le ponemos un nombre: hay que vivir slow, con un espíritu zen de la vida y con un relax new age. En serio, desde mi punto de vista en algunos casos – sin llegar a ser lo de las pulseras mágicas– creo que hay un poco de tocomocho en todo esto pues hay gente que vive de hablar de ello, y no nos damos cuenta de que a pocos kilómetros de aquí la vida sólo se entiende así, con tranquilidad, estando pendiente de las personas y de lo que necesitan, de la tierra, del campo y del pueblo, y que además esto ya lo dijo, por ejemplo, el malagueño de Antequera José Antonio Muñoz Rojas en Las cosas del campo, cuando decía: «Quiero las anchas tardes para estarme contigo…».

Anchas tardes es lo que nos hace falta para estar con mayúsculas. Por cierto que el punto más elevado del término municipal de Cañete la Real es el Mojón Gordo, no vi ninguna inauguración de políticos por allí. Me extrañó.