Esta tarde el Padre Tejera recibe un homenaje con motivo de la inauguración de la calle que lleva su nombre en El Palo. Jose Pablo Tejera es sacerdote jesuita, trabaja desde hace años en el Colegio San Estanislao de Kostka con los niños, los más pequeños, a los que ha enseñado multitud de valores desde pequeños: recoger papeles, no correr por los pasillos, respetar a los mayores, ayudar a los compañeros y obedecer a los profesores, marcando a fuego cuando las cosas te marcan, con cariño pero con rectitud, con el respeto que tiene alguien que lo da todo por los demás y que no necesita imponerlo.

Una vida entregada a los demás en el colegio, con los scout, grupos de montañeros, antiguos alumnos, la parroquia, equipos de matrimonios, o con cualquiera que le pida algo. Sin un más ni un menos.

Los más pequeños conocen a primos suyos gracias a que el Padre Tejera los presenta y les resuelve rápidamente el parentesco que les une, nada se le escapa, ningún familiar es capaz de esconderse de la base de datos de nuestro jesuita más famoso en el barrio, con el permiso del Padre Ciganda, que también tiene su plaza en el barrio del El Palo.

El otro día me llego un correo electrónico de esos que te aseguran que es muy gracioso, que has de abrir y reenviar sin falta. No con cierto recelo lo abrí pues era sobre El Palo, mi barrio, y en él se nombraba entre gracejos, típicas bromas, lugares míticos y personajes paleños, al Padre Tejera, lo denominaban como el Papa de El Palo. Su humildad, estoy seguro que no concibe tal apodo pero desde luego es bastante descriptivo de la figura de nuestro Padre Tejera, siempre pendiente de todos, y todos con él presente en nuestros corazones. Qué bien que tenga una calle y qué bien que lo celebremos todos con él.