La caída del volumen de negociación por la menor actividad estival provoca que cualquier noticia o hecho trascendente vea ampliado sus efectos en las cotizaciones. Por eso los meses de verano suelen ser especialmente movidos en las bolsas. La agenda de los próximos dos meses está plagada de acontecimientos con repercusión indudable en las bolsas. En la mayoría de los casos las noticias procedentes de dichos acontecimientos tendrán carácter binario. Es decir, sólo hay dos posibles opciones y cada una de ellas previsiblemente ocasionará un movimiento brusco de las cotizaciones al alza, o a la baja.

El Parlamento griego aprobó las medidas de austeridad y el plan de privatizaciones propuesto por el gobierno. Las autoridades europeas ya manifestaban el fin de semana que «sólo contemplan la aprobación de las medidas». Superada la prueba de la aprobación de las medidas por el parlamento griego, hoy domingo tres de julio el Eurogrupo debe aprobar la concesión del quinto tramo del primer rescate de Grecia y comenzar a negociar el segundo rescate al país heleno. Sería una sorpresa que no se aprobase la concesión del quinto tramo de ayudas, pero cualquier declaración altisonante de los diversos responsables europeos puede introducir ruido y nerviosismo entre los inversores. La no aprobación, altamente improbable, causaría momentos de gran tensión en los mercados. El Banco Central Europeo decidirá el jueves siete de julio si vuelve a subir los tipos de interés, o si por el contrario cambia de opinión y pospone las subidas. El mercado da por seguro el endurecimiento de la política monetaria. De no ser así, el euro se debilitaría y podría ser un apoyo para las bolsas.

El resultado de los «estrés tests» a la banca europea se deberían conocer a mediados de julio. Para ello, es condición sine qua non que el problema griego se haya relajado. Para que los resultados de las pruebas de esfuerzo realizadas tengan credibilidad, es necesario que se considere algún tipo de quita en las carteras de deuda pública de las entidades financieras. Si los resultados reflejan la necesidad de más recursos propios en entidades grandes o sistémicas, ante eventuales situaciones de empeoramiento económico, el sector financiero , y por tanto, las bolsas, podrían sufrir jornadas de nervios. Por el contrario, si la mayoría de las entidades aprueban el examen, lo más probable es que el mercado considere que las hipótesis han sido excesivamente laxas restando credibilidad a los resultados.

La salida a bolsa de los dos grupos bancarios procedentes de cajas de ahorros, Bankia y Banca Cívica, serán una piedra de toque sobre el atractivo que la inversión en España tiene en estos momentos. El éxito de ambas operaciones conseguiría reducir la prima de riesgo de España y sería considerado como un hito en la reestructuración del sistema financiero español. Por el contrario, un eventual fracaso de dichas operaciones aumentaría las dudas y la percepción de riesgo sobre los activos españoles.

Las incertidumbre de los próximos meses no sólo vienen de Europa. Antes del tres de agosto los republicanos y demócratas estadounidenses se deben poner de acuerdo para aumentar el techo de la deuda pública de EE.UU. De no ser así, se paralizaría gran parte de la administración americana; los Estados Unidos podrían no pagar su deuda; y los mercados reaccionarían bruscamente. Por el contrario, el eventual anuncio de un acuerdo entre demócratas y republicanos sería, y previsiblemente será, un espaldarazo para las cotizaciones.

Por último, y pese al anuncio de Bernanke de no considerar, de momento, un nuevo paquete de inyección monetaria, QE3 (Quantitative Easing 3), alguien tan prestigioso como Bill Gross de PIMCO, considera que el propio Bernanke lo anunciará a finales de agosto en la conferencia de Jackson Hole. Un QE3 supondría más inyección de liquidez que beneficiaría a las bolsas y hundiría el dólar. Todos estos eventos son adicionales a la rutinaria presentación de resultados trimestrales de las empresas y a la constante publicación de datos macroeconómicos. Todo apunta a que este verano será espacialmente volátil en las bolsas, incluso con episodios de movimientos bruscos. Como siempre, no es recomendable dejarse llevar por el pánico, si es que se produce, ni por el euforia proporcionada por positivos eventos puntuales.