Han pasado ciertamente inadvertidas, pero una de las declaraciones más absurdas, ofensivas, burdas y desinformadas que se han emitido sobre Málaga en mucho tiempo se han lanzado hace sólo unos días. La ministra de Medio Ambiente, excelente persona y excelente política que fuera una gran alcaldesa de Córdoba, dijo en nuestra ciudad la indígnate idiotez de que el Gobierno ha cumplido de sobra y con creces con Málaga en el asunto del saneamiento integral de las aguas. Que no había motivo de quejas. Manda carallo con la ministra y manda carallo con el asesorcete que le pasara apresuradamente el dossier sobre nuestra provincia. Qué desconocimiento.

Si usted, amigo lector, está en La Malagueta disfrutando del sol y el chiringuito, del amable trinar de los niños con la pelotita y el paisaje de antenas y de cables, estará a buen seguro disfrutando también de eso que hemos dado en llamar en acertado pacto eufemístico «nata», y que no es otra cosa que mierda procedente del hecho mismo de que carecemos de un saneamiento eficaz, mismamente integral, terminado. En condiciones. Como Dios manda. Se sigue evacuando mal y descontroladamente. No hay terminada una red de depuradoras, es lamentable aún bañarse ciertos días en playas de toda la Costa del Sol. En la Axarquía o en Estepona. Por ejemplo.

El saneamiento es una muestra de la desidia del lobby turístico malagueño que es incapaz de organizarse y pedir y pujar a través de éste nuestro hecho singular (ser destino turístico) para lograr las cosas. Con llorar diciendo que no hay mucha ocupación hotelera y que los turistas gastan poco ya van servidos.

Es eso pero es, sobre todo (el otro factor culpable) la inoperancia de las administraciones para invertir, adjudicar, hacer las obras. Llevamos así con gobiernos centrales sucesivos desde hace décadas.

Cualquier periodista de esta ciudad aún teniendo sesenta años, y si los tiene con más motivo, ha escrito reportajes sobre la necesidad acuciante del saneamiento integral.Es la historia de nunca acabar.

Los ministros sucesivos de Medio Ambiente o como se haya ido llamando ese departamento, desde Franco hasta Zapatero, ha amagado, consignado partiditas, huevoneado como se dice vulgarmente y sólo en algún periodo del aznarismo y en otro, tampoco mucho, de la era zapatero, se ha ido avanzando y ya la cosa no es lo que era. Pongamos que la nata no es un endemismo o asunto consuetudinario y diario, aunque sí un hecho ciertamente probable según qué días y playas. Pero está lejos de ser eficaz y proporcionar claridad cristalina a las aguas para que se correspondan no ya con lo que espera un turista o nativo de uno de los mejores destinos turísticos europeos, sino que lo que es obvio en un país civilizado, a no ser que la comparativa mejor de España para según con qué cosas queramos que sea Uganda, con todos los respetos. Feliz día de playa. También para la ministra, que es más como de interior seco.