Salvo que haya pacto con la fiscalía, el presidente de la Generalitat valenciana, el popular Francisco Camps, será juzgado por un presunto delito de cohecho impropio tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de su comunidad de abrirle juicio oral a él y a otros dirigentes del PP por la dichosa causa de los trajes. Hasta que no haya un veredicto, la presunción de inocencia juega a su favor, pero va a ser difícil que su partido y su líder, Mariano Rajoy, soporten la presión política de quienes argumentan que la dimisión de Camps es la única salida, ya que los votos no borran los presuntos delitos.

En definitiva, si un político no dimite cuando va a ser juzgado, ¿dónde quedarían la regeneración democrática y las promesas de limpieza que pregonan desde el PP? ¿Qué credibilidad tendría Rajoy hablando de códigos éticos y pidiendo dimisiones a diestro y siniestro? ¿Qué diría el PP si el encausado fuera otro presidente, por ejemplo el del Gobierno?

Es verdad que en circunstancias similares Camps ya ha sido capaz de obtener por tercera vez el apoyo mayoritario de los valencianos en las urnas, pero aun así cuesta imaginar a Rajoy en campaña con uno de sus barones al borde del banquillo. Como reconoció la propia Cospedal cuando habló del asunto en Veo 7, «Camps en el banquillo no es el mejor cartel electoral para Rajoy». ¿Caben alternativas a esa imagen de Camps en el banquillo?

Cabe hacerlo con el pago de una multa, como resultado de una declaración de culpabilidad y de un pacto con la fiscalía, pero lo de menos en este caso es el dinero -la fiscalía pide que Camps sea condenado a pagar 41.250 euros de multa por aceptar prendas valoradas en 14.021 euros-, ya que lo trascendente sería el reconocimiento de la culpabilidad y su trascendencia política. De todos modos, si paga tendrá que pedir dinero para la fianza de 55.000 euros, porque con la declaración de bienes que hizo no le llegaría...

Durante años, Camps negó que le regalasen los trajes, aunque finalmente su abogado admitió la posibilidad de haberlos recibido. Es un dato que sugiere que habrá pago de la multa, ya que si aspirase a la absolución su abogado no habría ido tan lejos, pero a veces la lógica jurídica no es aplicable a la política -a fin de cuentas, la causa de los trajes es la punta de un supuesto modelo corrupto-, por lo que cualquiera sabe que pasará.

Según Las Provincias, en el PP valenciano existe preocupación por el horizonte que se presenta, no ya por el juicio -algo previsto-, sino por la carga de profundidad del auto judicial. De momento, algunos políticos del PP -entre ellos, Ana Mato- hicieron una tibia defensa de Camps, mientras Rajoy optó por callar. El PSOE ya habla de complicidad.