El mayor y único varón de mis ahijados no tiene como ídolo de juventud a ninguna estrella de la tele o del espectáculo como tuvo su padrino, tipo MacGyver o Joaquín Sabina. Su ídolo de juventud está siendo sin lugar a dudas el jeque Abdullah Al-Thani y su mano derecha Abdullah Ghubn. Jose es malaguista y malaguita, él opina que el jeque ha sido para Málaga como un padrino cuando trae regalos en Navidad y cumpleaños. El otro día le sorprendí en una tarde de verano inventándose cánticos de ánimo futbolísticos con letras que ensalzaban al jeque.

Pensé que era para mirárselo, pero veo que no es un caso aislado. Esta ilusión juvenil, infantil y mucho me temo que de casi toda la ciudad aficionada al fútbol, adultos incluidos, no tiene parangón en la historia de nuestra ciudad. No sé si la visita de antiguos inversores de familias de esas que venían a hacer negocios con apellidos raros y guiris generaban el mismo interés que los recientes compradores del Málaga pero el efecto en la ciudad de lo que ha pasado con el Málaga ha pasado de ser la compra de un equipo de fútbol a una sensación en toda la sociedad malagueña.

Por contra, debido a la larga tradición que tenemos en la ciudad ya han aparecido los típicos reventaores malagueños, que aseguran que el jeque viene a llevárselo calentito (no sé de donde), que solo quiere hacer negocios y tal y tal. Es evidente que las hadas madrinas no existen y que nadie da duros a cuatro pesetas pero también es cierto que hay oportunidades que a veces ni siquiera los que las tenemos enfrente de nuestras narices sabemos ver y aprovechar; y no es la primera vez que viene un extranjero con apellido raro y guiri lo ve claro, trabaja, invierte y lo consigue. Por tanto, mientras el jeque quiera aprovechar las oportunidades no tenemos más que agradecérselo y que los futboleros disfruten del Málaga y de Málaga, una vez más una tierra de oportunidades y hospitalaria, porque el que viene se queda. Gracias a ellos seguiremos teniendo malagueños con apellidos de toda la vida, de aquí, como García mezclados con apellidos raros y guiris.