Engolfaos como estamos con algunos políticos y su declarado interés por estar en candelero, sea de la forma que sea, se nos pasan inadvertidas buenas noticias y de gran calado. Una, la nota dada a la entidad Unicaja en la prueba de estrés a la que fue sometida por las autoridades europeas. Está en el medallero de las entidades más solventes y mejor gestionadas de España. Es para sentirse orgullosos y confiar en el papel que le toca a Unicaja en la recuperación económica de Andalucía. La entidad andaluza no ha hecho alarde de lo que significa esta certificación y sigue su discreto y silencioso camino para sumar Caja Duero y Caja España a su proyecto.

En contra de la habitual verborrea que inunda las tertulias de radio y televisiones de la derecha extrema y llena páginas enteras de periódicos con diarréicos análisis de los que aún sueñan con los luceros del alba, o sea los franquistas irreductos, hay noticias que parecen doler porque son buenas y positivas para España. Y es que el estrés se ha convertido en el estrés que anula pensar con claridad, sometidos como estamos a la estrategia permanente de que todo vale con tal de llegar a las urnas cuanto antes, con Camps o sin Camps. Y estrés el que ha dominado en las últimas horas a los dirigentes de Bankia y Banca Cívica que han tenido que salir a la Bolsa en momentos muy difíciles y con rebajas en el valor de la acción.

Unicaja que ha tenido que sortear no pocos momentos de tensión y estrés se consolida para abrirse al futuro con unas estrategias muy bien pensadas. Vienen, ahora, los recuerdos de la fallida operación con la caja de la Iglesia, Cajasur. Creo que es la única ocasión en la que, me cuentan, el presidente de Unicaja, Braulio Medel, estuvo a punto de perder los estribos y ser dominado por el estrés. Negociar, y de eso sabe un huevo Medel, con los canónigos no era plato de fácil digestión, sino todo lo contrario. Medel supo de forma directa lo que significa «con la iglesia has topado, amigo Sancho».Y estrés el que siga dominando a la cúpula del PP andaluz, con Antonio Sanz queriendo salvarle la cartera a su jefe, Javier Arenas, que por tierras gallegas daba lecciones de transparencia y austeridad ante la sonrisa melíflua y monacal del padre Rajoy que se ha sentado en el camino a ver pasar el cadáver de su íntimo amigo, Francisco Camps.

Y más que estrés, el supremo cabreo que tienen en el PP andaluz porque hoy, en el pleno del Parlamento andaluz, se aprobará la incompatibilidad de que los alcaldes puedan ser diputados. Históricos del PP andaluz, como Pedro Rodríguez (Huelva), García Pelayo (Jerez), Ángeles Muñoz (Marbella) y Esperanza Oña (Fuengirola) se quedarían fuera. Los socialistas han abierto otro frente, como han hecho con el megasueldo de Arenas que les está siendo rentable y al mismo tiempo le dan munición a Diego Valderas para laminar al alcalde de Marinaleda, Sánchez Gordillo.

Y estrés espasmódico el que parece aquejar a la jueza Alaya, que ha pedido a la Guardia Civil que investigue en el asunto de los ERE a los sindicatos, por si habrían podido beneficiarse en la negociación de las subvenciones.

Y supremo estrés el de la señora concejala del ayuntamiento granadino Mayte Olalla, edil al servicio de Rosa Díez (presidenta del UPyD), que cuando habló de la Memoria Histórica escupió una frase que la define: «Remover la mierda». Y aunque haya pedido disculpas no se puede ir por la vida insultando la memoria de miles de víctimas.

PD.- (1) A Francisco de la Torre, sobresaliente cum laude, nadie como él para «resituar» los sueldos, incluido el de López Nieto. De escándalo.