Las vacaciones engordan le dije a mi hermano y él que es especialista en verdades simples y aplastantes replica que no, que quien engorda eres tú y no por culpa del verano sino de lo que te comes, bueno, yo hablo para listos le reproché, en un vano intento de zafarme de su dialéctica siempre triunfadora por simplista, ataque y retirada.

En cualquier caso, en Málaga con la operación bikini el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso se llena de malagueños, o como es más conocido «la ruta del colesterol», en estos días, salvo cuando hace un sol insufrible, se llena de todo tipo de personajes de Málaga, desde chavales, ellos y ellas, luciendo palmito hasta abuelos escuchando en su radio a los becarios que sustituyen a los locutores y dan las noticias a trompicones con una lectura difícil de seguir, pasando por profesores de universidad que sin correr pero sí andando pasean para compensar los excesos de la moda de los gin-tonic´s de Larios.

Los hay que corren y que pasan tres o cuatro veces por el mismo sitio con lo que deben tener unas marcas dignas de Londres 2012, son los profesionales, las hay jóvenes que se ve que van a mirar, perfectamente arregladas y con su perfume avainillado, propio de la edad, sólo quieren ver los torsos desnudos de ellos que se quitan la camiseta y se ajustan los pantalones para que se le vean todos los músculos que tienen preparados para ellas, es el pavoneo de discoteca llevado a la ruta del colesterol.

Luego está el grupo de los directivos de empresa que tras la crisis de los cuarenta quieren jubilar la barriga a base de correr, con sus zapatillas de pronador o supinador y su Iphone son capaces de contarte desde cuantos minutos hacen por kilometro, hasta el desnivel entre el Tranvía y Antonio Martin, ¿pero que desnivel Maribel, si eso ha sido llano de toda la vida?

Bueno bien está si mejoramos la salud del malagueño con una cultura de ejercicio físico que no es solo cuestión de estética sino de salud, no obstante en el punto medio reside la virtud así que me quedo con el profesor de universidad y correré para equilibrar la balanza del verano, que engorda, diga lo que diga mi hermano.