«La vida es corta aunque las horas son tan largas» , decía Borges, en su poema Ya no seré feliz. Me acordé de este poema la semana pasada cuando una vecina tocó a mi puerta, quería saber si teníamos tele, supuse que se refería a señal de televisión, no creí que le interesara saber cuántos aparatos de televisión tengo. Ella había dejado de ver la televisión, era fiesta y en el peor de los casos se le auguraba un largo puente sin la compañía de la televisión, y encima venía el papa y quería verlo en directo, que para muchos malagueños ha sido una importante visita.

Me ofrecí a echar un vistazo, mi buena obra del día pensé, y mi pijama y yo nos fuimos al piso de mi vecina a ver qué tal estaba la tele, entré y pensé que viviendo en la misma ciudad de Málaga, con vistas a la misma bahía, con una sola planta de diferencia, durmiendo a solo tres metros de distancia cada día, y ni mi pijama ni yo sabíamos nada de ella, una educada señora que vive encima, y que se merecía que la asistiese en su inoportuno percance. Tras arreglar el pequeño desajuste técnico me quedé al menos una hora hablando con ella, malagueña por parte de madre y de cónyuge extranjero, ha vivido entre Europa y África durante cuarenta años y ahora se ha vuelto a Málaga.

Aquí quiere estar, con todo aquí está bien pero me asegura que las cosas no están mejor que antes, tampoco es que en donde vivía fueran las cosas mucho mejor pero que en esta ciudad se nota una falta de costumbres y modales que se han perdido. Por el contrario asegura que con su hermana se sienta en el paseo marítimo a ver a la Virgen del Carmen y eso no se paga ni en euros ni en libras; como dice el anuncio no tiene precio. Pienso que tenemos entre nuestros malagueños vecinos increíbles historias que por no llamar a la puerta de enfrente nos estamos perdiendo mientras nos tragamos el sucedáneo de fulanitos por el mundo. Me acordé de Borges de nuevo y terminando su poema decía: «Sólo que me queda el goce de estar triste, esa vana costumbre que me inclina al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina».