Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, moto es el acortamiento de motocicleta, que es un vehículo automóvil de dos ruedas, con uno o dos sillines y, a veces, con sidecar. Y si además tuviéramos un diccionario malagueño añadiría: y difícil de aparcar en el Centro de Málaga. La estupenda peatonalización del Centro Histórico de Málaga está provocando, entre otros cambios, que todas las zonas reservadas para aparcar motos desaparezcan, como, por ejemplo, la zona que había para aparcar en la calle Molina Lario o la de la calle Císter y, por supuesto, las de calle Especerías y Cisneros. Eso hablando de la reciente peatonalización sin entrar a enumerar las zonas que se han perdido con la peatonalización de la plaza de la Constitución, la calle Larios y la calle Granada.

Entiendo que la peatonalización es una apuesta para realizar un Centro Histórico libre de coches, humos, molestias y para darle protagonismo al peatón turista de crucero o no, pero lo que no se puede hacer es eliminar las zonas de aparcamientos y no prever una zona que las sustituya. Las motos son las mismas. Ya, en otras ciudades, se ha resuelto con permisos para aparcar en la acera o con zonas de aparcamiento en las mismas, como la que hay frente a la estación de María Zambrano. Si a todos los que vamos al Centro en moto se nos ocurriera ir en coche seguro que se colapsaba. Por tanto las motos son necesarias.

No hablo de parar en la misma puerta de Ruiz Cueto a comprar un disco como se hacía antes. Hablo de tener un sitio legal donde poder dejar la moto en las inmediaciones del Centro de la ciudad. Zonas amplias y con lógica porque en una de las pocas que nos quedan, en Postigo de los Abades, hay que entrar a aparcar la moto pasando por la acera, lo que amablemente te recriminan los policías con buena intención y sin ningún sentido pues, que yo sepa alas no tienen las motos, al menos las que no tienen sidecar.