Dos historias de amor tenían desigual final esta semana en Málaga con dos mujeres como protagonistas. El amor declarado a Marifé de Triana al entregarle la Medalla al Trabajo que concede el Gobierno de España. Ese pequeño homenaje del bailaor Paco Mora arrancándose el protocolo con unos pasos dedicados a la humilde gigante de la copla, en plena Subdelegación del Gobierno; el recitado de Diego Gómez, los honores que le rindieron jóvenes artistas malagueñas, las caricias de una Diana Navarro entregada y grande, las cálidas palabras de la aún ministra malagueña Trinidad

Alegría y dolor

Y el amor entregado honoris causa por la UMA a la poeta María Victoria Atencia. La amorosa laudatio del escritor Gómez Yebra. La palabra agradecida con el verso de altos vuelos de la poeta, piloto de aviación e hija predilecta de Andalucía. Mujer enamorada de su mentor y marido en la vida y la literatura, Rafael León, quien anduvo en la edición de sus poemas casi desde aquellos primeros impresos en papel hecho en su propia casa. Rafael León, poeta enamorado de la literatura y uno de los nombres con tipografía de plata en la edición en Málaga junto a Bernabé Fernández Canivell. A su marido le dedicaba la nueva doctora honoris causa su alocución un día antes de que, como en una novela, dejase este mundo. También Marifé, doctora en escenarios y en hambre de poesía, recordó al hombre con quien compartió su vida, José María Alonso, al que cuidó cuando hizo falta hasta su muerte hace unos años. «Alegría y dolor forman fino tejido» una vez más, que diría Blake€.

Habló y no habló

Amor pondrán mañana los torroxeños en su fiesta de las migas, cada vez que suene esa caracola que llamaba a la comida en el trabajo en el campo. Y se fomentará movimiento económico con las miles de personas que asisten cada año a dejarse querer a la localidad con mejor clima del mundo. De movimiento económico habló el presidente Griñán ayer en Málaga. La economía social en Andalucía aglutina 60.000 trabajadores, 8.000 empresas y 400.000 socios. Lo he consultado para no equivocarme más, porque al intentar comprender al presidente €que vino a firmar el tercer pacto por la economía social andaluza€ terminé más liado que la pata de un romano. Tan sólo empezar su discurso le pasó lo que nunca le suele pasar a Griñán y casi siempre le pasaba a Chaves, que se trastabilló hasta trompicarse, dialécticamente hablando..

Mucha miga

El presidente se tropezó con las cifras una y otra vez. Y eso que Griñán fue el único de los que hablaron que hizo su discurso de pie. «No sé hablar sentado», dijo, dejando sentadas las caras de duda de los reunidos en la delegación de Gobierno. Quizá pueda preguntarle mañana al respecto en la XXX Fiesta de las Migas en Torrox, a la que asistirá. Ojalá no me diga que no puede responder a las preguntas porque tiene que irse a Sevilla con prisas, como ayer le dijo a un periodista que cubría el acto. No está fino el presidente andaluz últimamente. Su encontronazo con Arenas en el Parlamento esta semana, acusando con vehemencia al PP de «manipular» y «jugar» con la jueza de los eres, ha sido de lo más desafortunado que se le ha oído. Y es que si bien la capacidad intelectual de Griñán está fuera de duda, sus salidas de tiesto siguen desnortando a quienes pretenden encontrar el sur en su persona..

¡Son nuestros!

A menos de tres meses de las no fáciles elecciones de marzo el barco socialista difícilmente se muestra capaz de taponar las fugas, y el paro sigue golpeando mucho más aquí que en casi toda España. Por eso ahora es cuando Griñán debería parecer en Andalucía el gran capitán, no un nervioso candidato. Y las nutritivas migas no pueden curarlo todo. Quizá sí la metáfora que encierran. Las migas de Torrox con su aceite «nevaíllo», sus ajos, su sémola de trigo removida y sofrita al punto, acompañadas de ensalada arriera y del vino del terreno son una metáfora de humildad. Fueron comida de pobre en los malos tiempos. Ahora son la alegría de un pueblo. Habrá que volver a la esforzada verdad del aceite de oliva e ir abandonando los langostinos, excepto en navidades. Como habría que acostumbrarse a devolver los 16 portátiles y los numerosos teléfonos móviles que sigue demandando la Diputación a diputados provinciales de la anterior corporación. Porque no eran suyos, ni tampoco son de los diputados ahora ni del nuevo presidente popular. ¡Son nuestros!€

¡Citrino va!

Esta cosa vergonzante ya no es algo «súper esporádico» (como respondía el inenarrable Camps que era el uso de su tarjeta de crédito al tribunal que le juzga por aceptar unas prendas de unos «prendas», siendo el president valenciano). También es inenarrable lo del Museo de las Gemas en Málaga. Un museo que nadie entendió del todo, la verdad. Entender que el alcalde aprobara el destino de 35 millones de euros para adaptar el edificio de Tabacalera para ese uso, y que el ayuntamiento haya pagado el canon anual a sus promotores desde entonces, es como tragarse de un golpe el citrino ése que nos dijeron que iba a exponerse allí. De la misma manera, seguimos sin novedad en el intransitable diseño del Muelle Uno para que ciudadanos en silla de ruedas y padres con carrito de niño puedan pasear por él. Incomprensible€ Porque hoy es sábado.