Por si la crisis no fuera suficiente tanto para los dueños de los bares como para los malagueños que quieren evadirse y desestresarse los fines de semana, la operación Resaca destapa 11.500 botellas de alcohol con irregularidades. Los empresarios decentes sufrirán por la mala publicidad, aunque no tanto como el hígado de los gatos nocturnos

Je. «Operación resaca». Qué sentido del humor tiene el tipo que se dedica a bautizar a las operaciones policiales, pero por fin se confirma la sospecha de todos los gatos nocturnos que se echan a las calles malagueñas los fines de semana en un esfuerzo por evadirse del estrés y pasar un buen rato con los amigos. Ahí van, 11.500 botellas de alcohol de garrafón, «con irregularidades», como dice la Policía Local. Eso, en copas, son aproximadamente 172.500 tubos que algunos baretos de Málaga capital pretendían estafar a su clientela. A una media de cinco euros por copa... 862.500 euros. Queda por ver si algunas de las partidas son falsificaciones, pero sin lugar a duda lo que nos sirven en las copas no es lo que pagamos. Ha sido una verdad a voces, aunque siempre hemos hecho oídos sordos, o paladar sin sentido si lo prefieren.

Y es que todos conocemos ese local donde aseguramos que no nos sirven garrafón, que curiosamente otra persona señala como el paraíso del alcohol adulterado. Alguien nos contó, que a su vez le contaron que en una ocasión el dueño del bar en cuestión confesó en estricta intimidad que su whisky es bueno. Así nacen las leyendas urbanas, y mueren con la resaca del día siguiente o con un sarpullido misterioso, que los hay. «Es que no te deberías de haber tomado la última...», pregona uno de los compañeros de pachanga nocturna. Ni la última, ni la primera. Y entonces, con la mayor resaca y malestar del planeta, juramos y perjuramos que no volveremos a probar gota de alcohol en nuestra vida, promesa que dura exactamente seis días como máximo, momento en el que el colega de turno convence para repetir jugada. ¿Y nos acordamos? ¡Qué va! Es como los malos sueños, con el paso del tiempo se nos olvidan los detalles. «Es que no lo entiendo, ayer me bebí X y la semana pasada X+3 en mi casa y al día siguiente estaba bien». Es lo que tiene beber alcohol adulterado. Varios consejos: No pasa nada bueno a partir de las 4 de la mañana; las copas demasiado baratas son sospechosas; no sean animales y repitan en los bares en los que sospechan que les han timado y, por último, tengan en cuenta que, como dice mi amigo Antonio, «las copas, mejor en casa».