Como ciudadano que asiste a este auténtico «esperpento» en la que se ha convertido la actual política económica y social, no sólo en España sino también en Málaga, y que por contagio llega hasta la política cultural y más en concreto a la gestión de los museos, tengo que hacer algunas consideraciones.

A la nefasta gestión del fallido museo de las gemas por parte de los que ya nos gobiernan, hay que sumarle la proposición, de los que nos pretenden gobernar, de hacer del Museo de Bellas Artes una sucursal del Museo del Prado. El futuro museo de Bellas Artes tienen que ser, entre otras cosas, un exponente de la Historia del Arte en Málaga, y no una mera sucursal de otro museo, aunque sea el Museo del Prado.

Para calificar la actual política museística en Málaga voy a utilizar un símil cinematográfico, que se utilizo allá por los años sesenta para calificar al cine español del momento.

La política cultural y museística actual es: política ineficaz, porque se utiliza para ganar un puñado de votos; socialmente falsa, porque no está conectada ni relacionada con la cultura popular de la ciudad; intelectualmente ínfima, porque el nivel medio de las exposiciones son de una calidad más que discutible intelectual y científicamente; estéticamente nula, se busca el consumo cultural y no su comprensión estética y, ni mucho menos, ética; e industrialmente raquítica, enfocada para el turismo, olvidandose del ciudadano malagueño.

Habría que superar el concepto de cultura inserto en el mercado y como producto de consumo , y eso me parece que no lo tienen claro nuestros actuales dirigentes culturales.

MÁLAGA Y SUS MUSEOS (Juan Manuel Garrido Roldán. Málaga)