La solución a la crisis era una cuestión de confianza, según Rajoy; cosa que se solucionaría en cuanto él gobernara. Pero está ocurriendo lo contrario; en Europa le exigen que explique dónde se ha producido la desviación del déficit del 6,6 al 8,5% y porqué se ha producido, ya que existen tres o cuatro CCAA, alguna del PP, que no están de acuerdo con las cifras dadas por el Gobierno. ¿Cómo se van a fiar de un país que alega un déficit del que ni ellos mismos están de acuerdo y que decían no conocer para no aportar un presupuesto esperando unas elecciones?

Cuando el gobierno de ZP hizo unas reformas en contra de su filosofía, que fueron aplaudidas por Europa, el PP no la apoyó por interés partidista.

Ahora Europa no se fía porque no se puede lidiar con tramposos y le exigirán más y mejores datos, como qué recortes piensa hacer, en qué administraciones, etc., o sea más control, con pérdida de la marca España.

Para continuar trampeando ahora quiere mostrar la imagen de que él se impone en Europa, cuando en realidad tiene el crédito perdido.

Cuestión de confianza (Pedro Gómez Palacios. Torrox Costa)

A veces hechos puntuales nos llevan a que la imagen de nuestros políticos se distorsione. Nos consta que la mayoría de los servidores públicos hacen su trabajo lo mejor posible, pero algunos casos a los ciudadanos de a pie nos chirrían. Uno de estos ejemplos es el pago por parte de la Diputación de Málaga de másteres a miembros de la corporación. No veo mal que el ente supramunicipal pague cursos pues la formación siempre es necesaria, pero hay que recordar que cuando llegaron los populares se decía que la Diputación casi estaba en quiebra. Ahora no hay apenas dinero para carreteras pero sí para pagar másteres. Otro hecho singular es la contratación por parte de Endesa de la que fuera hasta hace poco ministra socialista de Economía, será legal pero, ¿es coherente? y además ¿será esto compatible con el cobro del sueldo como exministra?. Otro punto que llama mi atención es el uso que nuestros representantes hacen de su horario, en plena campaña, a veces no sabemos si los políticos están como servidores públicos, candidatos o miembros de su partido. Si quieren que les valoremos es necesario que no se conformen con las formas sino que también con el contenido. En estos tiempos no podemos permitirnos que los ciudadanos veamos mal a nuestros representantes pero es que no dejan de darnos motivos para ello.

A tener en cuenta (José Antonio Góngora. El Burgo)